Idaira Santana es profesora en los cursos abiertos de la Escuela de Actores de Canarias y una amante del cabaret alemán, arte escénico cuya práctica pedagógica aprendió con Enzo Escala. A raíz de esta pasión dio forma a unos talleres intensivos que, este año, ha cuajado en un grupo con química especial integrado por personas con un variopinto perfil profesional: Rocío Andrés, docente; María Bartolomé, enfermera; Lía Cabrera, estudiante; Goretti de León, empleada de banca; Carolina Gentile, trabajadora en un bingo; Eva González, diseñadora; Ricardo Koll y Javier Sánchez, informáticos; Melania Martín, maquilladora, y Gloria Rubio, médica. Diez almas pícaras sobre el escenario que seducen al público sin rubor. Y esta es la esencia. «Tratamos lo que vemos, todos los temas desde la crítica social. Damos cachetadas y siempre sacando una sonrisa», apunta Idaira Santana, plenamente satisfecha con el resultado obtenido. El cabaret, añade, «es muy catártico. No es un solo un musical. Además, no se precisa cantar o bailar bien, bien. O lo amas o lo odias».

Sobre el escenario Puñetero man (Ricardo Koll) provoca al público, que estalla en carcajadas. Son continuas las alusiones a la sordera de una sociedad incapaz de reírse de sí misma. Y normal, entonces, que salga a colación el movimiento feminista, reivindicación que escenifica con garbo y chispa Gloria Rubio, quien confiesa que ha sido una experiencia enriquecedora y un aprendizaje maravilloso: «A diferencia del teatro en donde interpretas a alguien, en este caso eres tú misma. Trasladamos al público algo que queremos transmitir en clave de humor. Es muy liberador. Es una terapia emocional para intentar cambiar el mundo».

El cabaret, está claro, debe continuar. ¡Viva!


En la imagen: Gloria Rubio, Ricardo Koll, Goretti de León, Lía Cabrera, Javier Sánchez, María Bartolomé, Rocío Andrés, Carolina Gentile, Melania Martín, Idaira Santana y Eva González.