La hiperhidrosis consiste en la sudoración anormal y excesiva que no necesariamente está relacionada con el calor o el ejercicio. Es un problema que afecta a muchas personas generando mucha incomodidad.

En el caso de la hiperhidrosis axilar el tratamiento es escalonado y comienza con un tratamiento simple. Según los resultados iremos subiendo escalones terapéuticos con diferentes opciones. El primer paso suele comenzar con antitranspirantes tópicos con Cloruro de Aluminio tipo Hiposudol o Driosec.

Si esto no funcionase adecuadamente, otra opción es la toma de anticolinérgicos orales que intentan bloquear el proceso de la sudoración. El problema de este tratamiento es, muchas veces, el nerviosismo e insomnio que puede ocasionar.

La toxina botulínica es el tercer escalón terapéutico, aunque teniendo en cuenta la sencillez de su empleo y los resultados que da, yo valoraría su uso como primera opción. Se aplica con una aguja muy fina en pequeños depósitos en toda la axila con una crema anestésica que ayuda a disminuir la molestia de las microinyecciones. El tratamiento se realiza en diez-quince minutos y tiene una duración de cinco-seis meses, en los que la sudoración axilar se normaliza y deja de ser un problema.

Hay quienes realizan una sesión cada seis meses y también solo una vez justo antes del verano para controlar el exceso de sudor que en esta época provoca el calor.