«¡Las flores se suman a la causa feminista!»

Hoy, 8 de marzo, he salido a la calle vestida de color violeta. Para mi sorpresa muchas personas también lo usan. Y tengo los pelos de punta. Camino por la avenida Reyes Católicos de Santa Cruz, por el tramo que va desde el Estadio Heliodoro Rodríguez López hasta el Cine Víctor, y las flores que adornan el paseo son, en su mayoría, violetas. O al menos a mí me lo parece. Me siento respaldada, acompañada. ¡Las flores se suman a la causa feminista! ¿Y por qué el violeta? Leí hace poco que se eligió como color principal del feminismo porque es el color intermedio que se genera con un 50 % de azul y un 50 % de rosa.

El resultado es la razón de la lucha: equilibrar la balanza. Y es que «en el medio está la virtud» (Aristóteles). Habrá quienes no valoren esta celebración, pero para mí es un día en el que todas las mujeres del Mundo nos alzamos en un grito de libertad, coherencia, unidad, respeto… Juntas y, a la vez, con «poderío» (Lola Flores). Al final el objetivo es la fuerza, la energía con la que nos alzamos para decir: ¡Aquí estamos y no nos vamos a callar!