La kombucha, bebida de origen asiático que ha ganado popularidad en los últimos años, es un fermento elaborado con té endulzado y una mezcla de levaduras y bacterias.

Sin alcohol y baja en calorías es una alternativa saludable a refrescos y bebidas energéticas. Es rica en ácido acético, glucurónico y láctico, vitaminas B y C, enzimas y probióticos que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la digestión, reducir la inflamación y mejorar el estado de ánimo.

Ayuda a regular el azúcar en la sangre, mejorar la salud cardiovascular, disminuir los niveles de colesterol y prevenir enfermedades como la artritis y el cáncer. También ayuda a eliminar toxinas del cuerpo y proteger el hígado.

Algunas de las más populares son las de limón, jengibre, frutas del bosque, menta y manzana.

A pesar de sus beneficios no es adecuada para todas las personas ya que no está pasteurizada. Quienes tengan un sistema inmunológico debilitado, mujeres embarazadas, lactantes, personas en tratamiento médico… deben consultar a su médico antes de consumirla. Además, puede tener efectos secundarios de tipo gastrointestinal si nos excedemos en el consumo.