La ciencia ha demostrado que si trabajas la fuerza muscular, he dicho fuerza, comenzarás a mejorar indicadores de salud: cardiacos, metabólicos y musculoesqueléticos. De inicio y en líneas generales, no necesitas más que mejorar la fuerza de tus piernas y brazos para mejorar tu calidad de vida y tu autonomía (y de paso reducir algunos de los dolores con los que vives).

Dedicando treinta minutos en cada ocasión y haciéndolo unos tres días a la semana, aproximadamente, a la quinta semana podrás incluir ejercicio de tipo cardiorrespiratorio para mejorar tu eficacia ventilatoria: caminar rápido, bici, elíptica, nadar…

Después de construir ese nuevo yo cabe la posibilidad de apuntarte a pruebas populares ya sea en montaña, en la ciudad o en nuestra costa, pero no antes. Puede parecer fácil, pero es un laberinto de decisiones que deberías dejar en manos de profesionales del entrenamiento físico. Solo así vivirás con salud y seguridad.