Faina Domínguez nació en Tenerife, pero ha vivido en seis ciudades, tres países y dos continentes, así que siente que dentro de ella hay un poco de cada lugar. En la actualidad vive en Roma después de casi siete años en Ciudad de México.

Estudió Ingeniería Industrial en Madrid y trabajó como consultora, pero descubrió que le encantaba el mundo de la moda, así que cursó un máster en Gestión de Empresas de Moda, por lo que dio un giro a su carrera profesional. Trabajó en empresas de moda del sector de lujo y en una oportunidad laboral se mudó a México.

Por aquel entonces acababa de conocer al que ahora es su marido, un italiano que vivía en Milán y que trabajaba en la misma empresa. Dos meses después se mudó también de Italia a México, así que esa aventura la inició en la mejor compañía.

La tinerfeña confiesa que todo iba muy bien hasta que llegó un punto de inflexión en su vida: «Me di cuenta de un vacío importante que me cuestionaba todo: quería ser madre pero el bebé, por más que lo intentaba, no llegaba». Entonces, añade, «aparecieron la angustia y el estrés por conseguirlo, pero también el miedo y la incertidumbre a no lograrlo, a no saber cómo llevaría mi vida personal y profesional cuando tuviese a mi bebé en los brazos». 

«Tengo en cuenta de qué manera el proceso de búsqueda del embarazo genera elevados niveles de ansiedad y estrés»

Lejos de angustiarse, comenzó a interesarse por el yoga y la meditación, «ya que eran las únicas prácticas que me permitían sentirme más tranquila y equilibrada».

Después de casi cinco años de tratamientos de reproducción asistida, se quedó embarazada de gemelos, Leonardo y Dante. El embarazo fue muy complicado y nacieron prematuros. «Nada en mi maternidad fue fácil», recuerda.

Después de años transformadores a nivel personal decidió que no podía volver a su antigua vida profesional, pues «el ritmo tan acelerado que llevaba había afectado a mi salud». Así, se formó como coach y terapeuta transpersonal, conocimientos que, aunados a su formación en maestra de yoga y meditación, dieron lugar a su proyecto actual: ayudar a otras mujeres para que transiten su proceso de fertilidad acompañadas y con más confianza, calma y seguridad en ellas mismas. 

Faina Domínguez señala que los problemas a la hora de concebir tienen su origen en múltiples factores. Uno de los más mencionados es la edad materna, ya que cada vez se posterga más la decisión de la maternidad. Además, añade, el ritmo de vida acelerado, el estrés, la presencia de tóxicos en el entorno, la ausencia de ejercicio físico y la pobre calidad de la alimentación influyen en un empeoramiento acelerado de la fertilidad de hombres y mujeres.

Ante esta realidad, ha impulsado un gabinete de Fertilidad Consciente para trabajar la conexión con el cuerpo, la importancia de la gestión emocional y del estilo de vida como factores fundamentales que impactan en la fertilidad. «La figura del coach de Fertilidad brinda una visión y un apoyo amplios. Tengo en cuenta aspectos relacionados con el estilo de vida que la medicina occidental moderna no suele tomar en consideración, como de qué manera el proceso de búsqueda del embarazo genera elevados niveles de ansiedad y estrés. E incluso, hasta qué punto se pueden ver afectadas tus relaciones con amistades, familia o pareja», afirma.

En definitiva, ultima, «el estado mental, emocional, corporal y espiritual es clave en el momento que decidimos ser mamás y papás».

Afecta por igual a ambos sexos

La infertilidad, subraya Faina Domínguez, afecta por igual a ambos sexos: «El 30 % son causas femeninas; otro 30 %, masculinas, y el 40 % son casos en los que existen problemas en ambas partes o casos denominados de infertilidad desconocida».