Fotografía / SuAr – Estilismo y maquillaje / Miguel Cañadas – Peluquería / Yapci Hernández

Eugenio Báez, creador de contenidos, director de Noval Novias y colaborador de FAMA, es una mezcla de madre colombiana y padre de ascendencia alemana. Nació en Santa Cruz de Tenerife en 1981 aunque hasta los diez años vivió en Medellín. En la Universidad de La Laguna estudió Psicología, cursando luego un máster en Psicología Forense y un especialista en Recursos Humanos. Pero siempre le gustó la moda y hacia ella ha orientado su ejercicio profesional. Por la calle no pasa desapercibido. Es consciente de que sus atuendos llaman la atención. Y le da igual. «Siempre me visto para mí. Que la gente me observe es el peaje que tengo que pagar», afirma seguro.

¿Qué es tener estilo? «Es una forma de expresión. Está muy por encima de la ropa que llevas puesta. Es cruzar la calle, besar a un niño, saber comportarte en todas las situaciones con naturalidad».

«Visto entre dandi y tropical. Me encantan los estampados y los colores brillantes. Me gusta el retrofuturismo y la ropa que me hace sentir feliz»

¿Dónde está el límite con la vulgaridad o el estruendo? «Vivimos una época en donde vale cualquier cosa y triunfa el feísmo, lo bruto. En la calle abunda la ausencia de color y la ropa oversize. Lo grande por lo grande huye de los cánones de lo correcto. A mí todo esto me parece vulgar y de mal gusto, al igual que los escotes exagerados y las transparencias, las prendas excesivamente rotas y chabacanas o con logos estridentes propios de la ostentación marbellí. Después del Confinamiento ha ido a peor. Cuando se construye un look la mirada no debe distraerse».

En Instagram cuenta con cerca de veinte mil personas que le siguen. ¿Qué ofrece? «Creo contenidos que transmiten un estilo de vida para el hombre. Me asocian a una sastrería cuidada, uso zapatos… Todos los días cuelgo un look e interactúo. Respondo a las consultas que me hacen».

Parece que gusta… «Sí. Ja, ja, ja… Ofrezco sastrería urbana a un hombre de más de cuarenta años. Quiero que la gente se reconcilie con una sastrería sport, divertida, elegante… El armario masculino no tiene que ser aburrido».

¿Es consciente de la influencia que tiene? «Sí. Mi compromiso con un uso responsable de las redes sociales pasa por no usar filtros. Las arrugas y cicatrices forman parte de la realidad. Me da miedo que la gente pierda su vida por vivir una vida virtual».

«Los escotes exagerados, las transparencias y las prendas con logos estridentes propios de la ostentación marbellí me parecen vulgares y de mal gusto»

¿A quién sigue en Instagram? «A Alberto Ortiz Rey, Leónidas, Carlos Domínguez… Casi todos de sastrería como yo. Nos retroalimentamos e inspiramos».

¿Cómo es su look? «Visto entre dandi y tropical. Me encantan los estampados y los colores brillantes. Huyo del negro. Me gusta el retrofuturismo y la ropa que me hace sentir feliz. Es lo más importante».

¿Usa complementos? «No especialmente. Si acaso, un maletín, pulseras y un anillo gemelo que me regalaron. En cuanto al calzado soy muy básico y neutro».

¿Quiénes son sus diseñadores de referencia? «Etro, Dolce & Gabbana y Lorenzo Martínez».

«Las arrugas y cicatrices forman parte de la realidad. Me da miedo que la gente pierda su vida por vivir una vida virtual»

¿Tendencia actual para la moda masculina? «Trajes oversize, pantalones holgados y de cintura alta. Camisas de cuello cubano, manga corta y estampados liberty».

¿Y para la femenina? «Vestidos oversize, colores negro y leopardo combinado con negro, lima y naranja. Zapatos de punta y minifalda».

Dirige la tienda Noval Novias desde su creación. ¿Ha encontrado la horma de su zapato? «Sí. Así es. Noval nació en 2019 para asesorar en el estilismo de ceremonia a novias, novios y resto de personas invitadas a un evento. Es un concepto único. Atendemos, preferentemente, con cita. Vestimos a una novia actual, diferente y personalizada, pues nos adaptamos a todas las exigencias. También tenemos una planta de sastrería con un producto muy variado».

«Voy todos los días al gimnasio, practico un ayuno intermitente de dieciséis horas y me pongo cremas para dormir»

La decoración es otra de sus pasiones… «Sí. Me encanta. Es mi hobby. Lo normal es que mi casa cambie a lo largo del año, especialmente en Navidad. Soy maximalista. Me cuesta la sencillez, la austeridad. Para disfrutar hay que vivir las casas».

¿Otras aficiones que le llenen el tiempo? «La lectura. De García Márquez lo he leído todo. También disfruto con la novela negra. Y viajar a ciudades. París es mi favorita y me encantan Berlín y Marrakech. Soy mucho de museos, iglesias, gastronomía… Y tiendas, claro. Ja, ja, ja…».

¿Invierte en su cuidado personal? «Sí. Voy todos los días al gimnasio, practico un ayuno intermitente de dieciséis horas, me pongo cremas para dormir y el doctor Josep Antoni Fortuny vela por mis cuidados estéticos».

No escatima esfuerzos… «No. Ja, ja, ja… Me gusta estar bien».

¿Qué planes tiene por delante? «Lo mejor siempre está por llegar. Por el momento, quiero especializarme más en sastrería y potenciar mi presencia en las Redes. Luego, cuando me jubilé, me gustaría estudiar Historia del Arte».

EL CURIOSO IMPERTINENTE

¿Qué necesita para ser feliz? «Pocas cosas. Soy muy feliz escuchando música (jazz años treinta, Edith Piaf…) y en la tranquilidad de mi casa en el sur de Tenerife».

¿Usa perfume? ¿Su favorito? «Sí. Nunca falta en mi tocador Declaration Essence de Cartier».

¿Qué es lo que no soporta de usted? «El exceso de perfección en los detalles».

¿Y de quienes le rodean? «No soporto la impuntualidad ni la falta de honestidad».

¿Por qué prenda no pasa? «No me gustan las camisetas con mensajes, ni nada que recuerde a la pana».

¿Lo más importante en su vida? «Mi familia y mi pareja. Todo lo demás es un mero complemento».

¿De qué se desprendería ahora mismo? «Hace tiempo que quiero dejar atrás la culpa de no poder hacer más cosas».

¿Qué guarda con especial apego? «Fotos de juventud, una americana de pata gallo de mi primer viaje a París y un pañuelo de Lacroix que compré con mi primer sueldo».

Puede estar mucho tiempo sin… «Tomar el sol».

¿Una debilidad? «Me pierde el olor a libro antiguo y en sintonía con mi ascendencia colombiana: el arequipe (dulce de leche)».

¿Lo mejor que le pueden decir? «Que soy buena persona».

¿Una superstición? «Muchas… Nunca dejó el maletín en el suelo y cuando voy a dar una charla siempre llevo un colgante que me trae suerte».

¿Qué se llevaría de su casa si tuviese que abandonarla precipitadamente? «Mis álbumes de fotos, mis anillos gemelos y mis gafas de sol».

¿Un secreto sobre usted que pueda contarnos? «Aunque suene poco creíble puedo ser tímido ante determinadas situaciones».

¿Cuánto le duran los enfados? «Me enfado muy poco. Suelo tener un carácter bastante lineal. Eso sí, cuando llegan me duran un buen rato».

¿A quién tiene en lo más alto de su álbum de mitos? «Soy muy mitómano. Vivos: Meryl Streep y Sarah Jessica Parker. Fallecidos: Jaime de Mora y Aragón, Judy Garland y la elegancia de Paul Newman».

¿Lo mejor de ser Eugenio Báez? «No tener miedo al qué dirán y arriesgar como si la vida fuera una pasarela constante».

¿De qué se siente más orgulloso? «De la educación recibida por mi madre».

¿Todavía aspira a ser padre? «La paternidad nunca entró en mis planes».

¿Cómo relaja la mente? «Soy un lector muy ávido, así que me enfrasco en lecturas ligeras».