La cultura racionalista del «menos es más» empieza a cansar. Ahora es tendencia el nuevo maximalismo que convierte la decoración en un recurso importante del nuevo lenguaje. Se trata de un estilo opuesto al minimalismo que se caracteriza por ser audaz y atrevido. Se utiliza una gran cantidad de elementos decorativos, colores brillantes, texturas, patrones y objetos de diferentes épocas: cojines, alfombras, cortinas, lámparas, cuadros, plantas, estatuas… El maximalismo no es una mirada nostálgica al pasado sino una etapa con gran personalidad.