Fotografía / SuAr

Elisabeth Sanabria (Buenos Aires, 1974) es una eminencia en Radiología Mamaria. Ella dirá que no, pero así es. Como buena porteña, tiene carácter y buen rollo. Y retos e ilusiones para llenar el tren que atraviesa la Patagonia. Estudió Medicina en la Universidad Barceló, hizo la residencia en uno de los centros de radiodiagnóstico referentes de Argentina y ganó una beca de investigación en la Clínica Mayo de Rochester, Minnessota, la más prestigiosa del Mundo. Vocal en la Directiva de la Sociedad Española de Diagnóstico por Imagen de la Mama es coautora y coordinadora del Manual de Radiología Mamaria de la Editorial Panamericana. Su currículum no cabría en estas páginas. Reside desde hace años en Tenerife y como si fuese una estrella mediática, acaba de fichar por el Hospital Universitario de Canarias.

Usted es especialista en Radiología con un Experto en Cirugía Mínimamente Invasiva y un máster en Senología y Patología Mamaria. ¿Por qué dedica su vida al cáncer de mama? «Probablemente porque en mi familia es algo con lo que siempre hemos tenido que aprender a vivir. Sé lo que es que tu vida y la de tu familia cambie de un momento a otro. No es fácil sentir la incertidumbre de no saber qué tienes, sufrir el miedo a no saber si tienes posibilidades de sobrevivir y esperar y desesperar por un resultado, por una prueba».

Con una brillante carrera a sus espaldas, acaba de incorporarse al Hospital Universitario de Canarias. ¿Por qué? «Siempre he tenido predilección por la investigación y por formarme de manera multidisciplinar para aprender las diferentes maneras de afrontar una misma patología. El HUC es un nuevo reto en mi carrera».

Comparar el HUC con el Hospital Nuestra Señora de Candelaria es una realidad que siempre surge. ¿Sería posible, por ejemplo en su especialidad, unir esfuerzos para dar un mejor servicio? «Compararse es un paradigma pasado de moda. El futuro pasa por formar equipos heterogéneos con diversidad de aptitudes y generosidad y compañerismo. Se trata de aunar esfuerzos, habilidades y competencias. Estamos en el mismo barco con un mismo objetivo».

¿No lo descarta, entonces? «No. En Canarias ha habido grandes profesionales que han marcado el camino y mujeres que han creado y sacado adelante el Programa de Detección Precoz de Cáncer de Mama. Creo que en los próximos años se podrá vivir un verdadero progreso cualitativo del procedimiento diagnóstico y tratamiento que nos permita seguir mejorando».

¿Cuál es la incidencia de cáncer de mama en Canarias? «567 diagnósticos por cada cien mil habitantes. Según datos aportados en febrero de 2023, Canarias está dentro de las nueve comunidades de España con mayor incidencia de cáncer de mama».

¿A qué se debe? «Según la Asociación Española Contra el Cáncer, una de cada cinco personas fue diagnosticada en 2022 con algún tipo de cáncer. Es decir que en 2022 ha habido un aumento del 24 % de incidencia de cánceres en Canarias. La buena noticia es que la supervivencia a cinco años ha crecido un 61 % en mujeres. Y eso es gracias a la detección precoz. Un investigador de Las Palmas de Gran Canaria ha podido establecer una correlación entre los pesticidas utilizados a mediados y finales del siglo pasado y las mujeres recolectoras de tomates y otras hortalizas. Ellas y sus hijas presentaban una incidencia superior al resto de la población».

¿Es tan importante la detección precoz del cáncer de mama para superar la enfermedad? «Sí. Sabemos que si el tumor se detecta en un estadío temprano con tamaño pequeño y sin afectaciones a distancia, la supervivencia puede ascender al 95 % a cinco años».

¿A partir de qué edad se debe acudir regularmente a los programas de detección precoz? «Cuando una mujer cumple 50 años un SMS notifica la primera cita para una mamografía. Los tiempos de lectura son óptimos y aquellas que requieren más pruebas, desde el propio Programa la derivan al centro de referencia. Se está intentando trabajar en acto único».

¿En la autoexploración qué señal puede aconsejar acelerar una visita a la consulta médica? «La palpación de un bulto duro inmóvil, de nueva aparición y que suele ser indoloro; el hundimiento de la piel de la mama al elevar los brazos; la retracción del pezón de nueva aparición y que no se revierte con maniobras normales; el aumento de volumen de un solo pecho, acompañado de dureza o bulto, o piel enrojecida o de naranja».

¿Qué incidencia tiene la genética en la aparición del cáncer de mama? «La mayoría de los casos de cáncer de mama no son de tipo genético. Sin embargo, sí hay personas o familias que están en unidades de consejo genético por presentar mutaciones patogénicas específicas como BRCA1, BRCA2, PAlB2…».

¿Y llevar vida sedentaria o no cuidar la alimentación? «La gran mayoría de la sociedad ha cambiado sus conductas en los últimos diez años. Se sabe que hay que hidratarse bien, realizar actividad física (suficiente caminar veinte minutos al día) y reducir la ingesta de hidratos y grasas. A partir de ahí, hay un sinfín de recomendaciones, gustos y elecciones personales».

¿Qué recomienda tras la detección de un cáncer de mama? «Poner objetivos día a día, mantenerse en activo, cuidar la salud emocional y buscar apoyo en el entorno».

¿La buena actitud también combate el cáncer de mama? «Viktor Frankl, un médico psiquiatra que sobrevivió a Auschwitz​, dice en su libro El hombre en busca de sentido que pueden quitártelo todo, excepto una única cosa inherente a cada ser humano: la actitud que eliges tener frente a lo que te toca vivir. Esa decisión es solo tuya. Las personas que sobreviven a circunstancias adversas tienen una actitud en común: se proyectan al futuro con optimismo».

¿La mastectomía es tan fiera como la pintan? «Hoy en día la cirugía estética y la cirugía oncológica de mama están hermanadas para buscar un único objetivo: curar de la manera más eficiente con el mejor resultado estético. Con la excepción de algunos casos puntuales en los que por diversas razones se pueden complicar, los resultados de mastectomías son, en la actualidad, muy superiores a lo que se vivía hace diez o quince años. Es muy importante que una vez que superas el tratamiento puedas mirarte al espejo y sentirte a gusto con tu cuerpo».

Usted es de las pocas radiólogas que también interviene quirúrgicamente por vía percutánea. ¿Puede explicarnos en qué consiste? «La cirugía mínimamente invasiva o percutánea de mama es una manera de quitar lesiones mamarias con anestesia local, bajo guía ecográfica o mamográfica (estereotáxica). Este tipo de cirugía no requiere ingreso hospitalario ni anestesia general. La incisión en la piel, en la gran mayoría de los casos, suele ser de cinco milímetros. Se utiliza para lesiones que llamamos pre o proneoplásicas. O sea, tienen un riesgo potencial incierto de cáncer de mama. Con ella se resuelve el problema del sobretratamiento quirúrgico y la subestimación diagnóstica».

¿Qué importancia tiene la profesión médica en su vida? «Amo mi profesión. Soy muy vocacional. He dedicado muchos años de mi vida a la formación en diferentes países y, hasta ahora, no me he metido en un sistema hospitalario específico para tener libertad de movimientos. Todavía continúo aprendiendo de grandísimas radiólogas icónicas como Marina Álvarez, Julia Camps, María Martínez o Ana Rodríguez».

También tiene consulta privada en el Puerto de la Cruz. ¿Qué hace para desconectar? «Soy una enamorada del Norte de Tenerife, donde vivo. Para desconectar soy muy recelosa de mi tiempo. Lo comparto con mis hijas, familia y amigas. Me gusta desconectar alrededor de una mesa, reír y comer bien. Me quedo, también, con escapadas cortas, viajes gastronómicos e ir a conciertos».

La Segunda Guerra Mundial es una de sus pasiones. Ucrania, Israel, la amenaza de Corea del Norte… ¿Teme una tercera guerra mundial? «En el libro El Mundo de ayer. Memorias de un europeo, Stephan Zweig cuenta que pocos años después de la Primera Guerra Mundial se fue de vacaciones a Bélgica con unos amigos. Uno le dijo que había rumores de que Alemania estaba planeando someter a los países colindantes y que podría haber riesgo de una segunda guerra mundial. Y Zweig, a carcajadas, le respondió que con la primera guerra el ser humano ya había aprendido, que no podía ser tan estúpido de volver a caer en semejante error».

Es madre de dos niñas. ¿Qué es lo que más le inquieta de la sociedad en la que están creciendo? «No creo educarlas para el Mundo en el que les tocará vivir. Las educo con amor, disciplina, compromiso, valores y honestidad. Les enseño que la verdad existe aunque cada persona la versiona a su gusto. Que no es más listo el más tramposo ni el más mentiroso. Que la lealtad y la autenticidad son virtudes. Que vivir en paz es ser coherente con lo que piensas, lo que dices y lo que haces».

Nació en Argentina y ha viajado por medio Mundo. ¿Qué tiene Tenerife que la ha atrapado? «Tenerife es una tierra que te quema o te enraíza. A mí, al igual que a Humboldt, me enamoró el Norte, su gente, su naturaleza. Me seduce vivir en un paraíso que combina la autenticidad y el tipismo canario con el encanto europeo y latino».

¿Una debilidad confesable? «Sibarita».

¿Estado actual de su espíritu? «El dolor que siento por la reciente y repentina pérdida de mi hermano de 50 años a causa de nuestro sello familiar del gen BRCA1 me da fortaleza para seguir adelante».

¿Qué perfume usa? «One CK en verano y Loewe en invierno».

¿Cómo se lleva con el feminismo militante? «No me hace falta militar mi femineidad. Nací mujer, me siento mujer y me encanta ser mujer. Apasionada por mi profesión no tenía intención de ser madre y tuve dos. He rechazado numerosos puestos de trabajo porque me hace inmensamente feliz dedicarme a mis hijas. Me chifla. Y lo digo con orgullo. No me he perdido nada».

¿Qué le genera rechazo? «La envidia, la mentira, la gente conflictiva».

¿Cómo se ve dentro de veinte años? «En una caravana cómoda y con una bicicleta eléctrica. Recorrería sitios, visitaría a la familia, amistades… Iría adonde nunca hubiera ido y volvería adonde siempre estuve».

¿Con qué carácter se identifica más? «Con la pasión».

¿Qué revolución cree todavía necesaria? «La de la sensatez, las buenas costumbres, la de entender que mi libertad no significa imponerme sobre el otro ni manipularle».

¿Qué película le toca especialmente la fibra? ¿Por qué? «Tierras de penumbra, con Anthony Hopkins y Debra Winger. La vi cuando mi madre tuvo su primer cáncer. El dolor de entonces es parte de la felicidad de ahora».

¿Qué virtud valora especialmente entre sus colegas de trabajo? «La capacidad de hacer equipo. Hay personas inseguras que por miedo ven al resto como amenazas. En Estados Unidos me enseñaron que cuanto mejor es cada integrante del equipo mejor eres tú».

¿Y entre sus amistades? «La lealtad».

¿Llora por su país, Argentina? «Sí».

¿Qué necesita para ser feliz? «Sentir mi entorno feliz y en armonía».

¿Qué es lo que menos le gusta de usted? «Soy demasiado directa y transparente».

¿A qué le tiene miedo? «A vivir en un mundo socialmente inseguro y económicamente inestable».

¿Un piropo que le sonroje para bien? «El hijo pequeño de una amiga le dijo un día: “Mami, Eli está cañón”. Ja, ja, ja…».

Pues sí, la verdad que está cañón…  «Gracias… Ja, ja, ja…».

¿Lo más caro de su armario? «Un bolso Galliano».

¿Ante la adversidad? «Actitud».

¿Aplíquese un pecado capital? «Lujuria».

¿A qué no renuncia? «A ser yo misma».