Ya se acerca el verano y la época de diversión para quienes acaban el colegio, pues me gustaría recordar que quienes tienen menos de doce años necesitan movimiento y una buena dosis de actividad física para su adecuado desarrollo y para prevenir múltiples enfermedades que son típicas de la edad adulta. Diferentes estudios demuestran que los niños y niñas que realizan actividad física obtienen mejores calificaciones académicas con menor esfuerzo, frente a quienes frecuentan el sedentarismo.

Los alimentos ultraprocesados, los altos índices de azúcar y la cantidad de horas frente a una pantalla hacen que la hipertensión arterial, la diabetes o los trastornos músculo esqueléticos estén a la orden del día. En la actualidad, incluso, hablamos de analfabetismo físico, terminología que se aplica a menores sedentarios, torpes motrizmente hablando y voluntariamente poco predispuestos a realizar algún tipo de esfuerzo físico. Por eso, debemos procurar que se diviertan en la playa, en la piscina, en casa, en la montaña, jugando y moviéndose con actividades que sean lúdicas pero que impliquen cansancio, fatiga y sudor.