Esther Medina ha trabajado siempre sin tregua para lograr sus objetivos. Al principio, admite, le costó ser reconocida como una directora de hotel, pero después nunca se sintió menos ni considera que tuviera que hacer más para demostrar su valía. Luego, inmersa en una ingente actividad empresarial, confiesa que ha pagado el precio de quitarle tiempo a la familia, pero es lo que tienen los negocios: «Para crecer y mantenerse nos toca mucha dedicación y horas». Además, subraya, cuenta con un gran equipo de gente preparada, ilusionada y con ganas de aprender. Solo así «se puede mandar y obtener resultados estés donde estés».

Vestido: Marfil Barcelona. Pendientes: Joyería Ana Esther.

Esther Medina Rodríguez dirige desde Madrid (ha vivido en Caracas, Miami, Minnesota, Cancún, Santa Cruz de Tenerife…) el grupo de empresas familiares junto a su madre, Inmaculada, y su hermana pequeña, Raquel. Y no le tiembla el pulso. Sabe lo que vale un peine después de ver a sus padres trabajar de sol a sol una vez emigraron de Vallehermoso, en La Gomera, a Venezuela.

La familia prosperó en Caracas gracias a la logística aeroportuaria y al suministro de alimentos y bebidas, lo que impulsó que invirtieran en el sector hotelero tanto en la capital tinerfeña, como en su Vallehermoso natal. Tras la muerte de su padre, se hizo cargo del Hotel Contemporáneo de la capital tinerfeña. Tenía 21 años y una sólida formación universitaria: Dirección Hotelera y un master en Economía por la Universidad Internacional de La Florida, en Estados Unidos.

En la actualidad, aparte de contar con un amplio patrimonio que han ido incrementando con el tiempo en diferentes países, continúan con la actividad empresarial en Vallehermoso gracias a las rentas vacacionales que les genera la casa que tienen en la playa. Además, mantienen la propiedad de varios terrenos. El objetivo de levantar un hotel en ellos sigue presente, al igual que en Madrid, solo que en este caso de carácter urbano, tipo boutique. Es el gen de los negocios. Las ideas no paran de fluir, siempre con el objetivo de generar riqueza y empleo.

Vestido: Marfil Barcelona. Pendientes: Joyería Ana Esther. Pamela: Marisa Loleiro.

Con estas premisas, acaban de inaugurar en el Cubo Negro de la plaza Weyler (edificio en propiedad) un espacio coworking. Sin duda, una apuesta para ayudar a jóvenes emprendedores. Se llama TenWork y está destinado al alquiler de mesas con todos los servicios de oficina incluidos ya sean por horas, días o meses. Esther Medina lo describe con pasión: «Es un negocio que en todas las ciudades modernas está funcionando muy bien y donde el networking genera muchos beneficios. En el nuestro, por ejemplo, está instalada la sede de la Asociación de Jóvenes Empresarios».

El Hotel Contemporáneo lo explota, a día de hoy, Barceló. La familia llevaba tiempo barajando la opción de aliarse a una cadena fuerte para potenciar la comercialización, ya que de manera independiente no lo veían a largo plazo. De esta forma firmaron en 2013 con la multinacional mallorquina. Y la operación no puede ir mejor: «Estamos muy felices con el crecimiento que ha hecho la cadena como tal, con las fusiones y diferenciación para cada estilo de hotel. El nuestro pasó a englobarse en la marca Occidental y eso nos ha dado más categoría».

El compromiso social, igualmente, está muy presente. Por eso, en Caracas todavía mantienen la empresa de logística aeroportuaria y almacenaje de carga aérea. La mayor de los Medina lo tiene claro: «Es un negocio del que dependen muchas familias. Llevan toda una vida con nosotros y no podemos abandonarlas. Seguiremos al frente mientras podamos. Nos debemos a nuestros empleados y aliados comerciales. Es muy difícil dejar Venezuela y toda nuestra historia».

La crisis que azota al país de la costa norte de Sudamérica (tan lejos, tan cerca) monopoliza por unos minutos las palabras y el pensamiento de Esther Medina. Y duele. Pero la esperanza, como la que cantase el poeta, mantiene: «Nos apena mucho y rezamos para que mejore la situación política y social que está perjudicando a tantas familias».

Familia & Trabajo

Para ninguna madre es fácil conciliar lo profesional con su hogar. Y en el caso de Esther Medina se complica todavía más por su entusiasmo en el trabajo, que conlleva no tener horas, vivir pegada al teléfono móvil y viajar por doquier. «Es la peor parte, pero todo se logra. Es cuestión de organización y planificación. Mis hijos ya están acostumbrados desde pequeños y saben que nuestra vida es así», afirma esta mujer dominante que cuenta, eso sí, con la complicidad de su madre y hermana. Las tres tienen mucho en común y se complementan a la perfección: «Mi madre es la matriarca y tiene un envidiable instinto empresarial. Ella trae las ideas y nosotras las ejecutamos. ¡Es una trabajadora incansable!».

Esta querencia se complementa, asimismo, con la del resto de la familia: los Medina, que, por Navidad, se reúnen en Santa Cruz en una primada ya institucionalizada: «Nos unimos todos los primos hermanos y nuestros hijos con los tres tíos que aún viven de los nueve hermanos que eran. Somos 31 primos hermanos y nos solemos juntar unos 60 o 65. Es un momento muy especial y lo disfrutamos muchísimo. Nuestros padres siempre nos inculcaron el amor por la familia. Estamos muy unidos y yo, en particular, siempre quiero estar en familia y aprovechar cualquier ocasión para reunirnos».

En cuanto al poco tiempo libre que le queda, confiesa que lo emplea en gastronomía, bailar, conocer sitios nuevos, ver hoteles… y, de un tiempo a esta parte, en hacer rutas sobre una Harley. También saca alguna hora para hacer deporte («me obligo porque es necesario») y no escatima minutos para lucir un vestido, entaconarse y maquillarse desde que se levanta. Le encanta.

Vestido: Marfil Barcelona. Pendientes: Joyería Ana Esther.

Afortunada en todos los sentidos

A Esther Medina se la quiere. Y lo sabe. Tiene grandes amigos y cuenta con mucha gente próxima aunque esté en la distancia. Tiene dos hijos: Gustavo (19) y Adrián (11) y se ha casado dos veces, lo que no es óbice para que confiese que siempre se ha sentido muy querida y amada. «La dedicación a los negocios y mis ganas de ser madre eran mi prioridad y por eso, quizás, no funcionaron mis matrimonios. Pero la experiencia es lo más importante y se aprende mucho en las separaciones. Me considero afortunada en todos los sentidos y ahora estoy muy feliz en una nueva etapa», recalca dibujando su gran sonrisa.


·Fotos: Susi Arlán

·Estilismo: Eugenio Báez para Noval Novias

·Maquillaje y peluquería: Eva Cruz

·Localización: Royal Hideaway Corales Suites. La Caleta de Adeje.