El Soul Gastro & Wine Bar es una ventana abierta a Nueva York en pleno centro de la Capital tinerfeña. Al frente de él se sitúan Jonathan del Valle y Borja Moreira, amigos desde la infancia. Hace un año decidieron impulsar este local después de que del Valle viviese seis años en la Ciudad de los Rascacielos.

Curry indonesio de langostinos.

El local se abre a la calle Cruz Verde. Dos grandes murales que podrían trasladarnos a la Gran Manzana presiden el  comedor de pocas mesas y cocina vista, al frente de la cual se encuentra el chef Óscar Hernández. Hoy, además, la cena se ameniza con un DJ. Buena música para platos del Mundo. Todo muy street. Sabores en la trama urbana de Santa Cruz con más fogones por metro cuadrado. Pero Jonathan del Valle, que lleva la hostelería en la sangre, quiere más. Por eso, cerca, muy cerca, acaba de abrir en La Noria otro restaurante, La Escala, con una cuidada oferta de comida vegetariana, asiática… Al igual que en El Soul, bien servido con productos de kilometro cero.     

Tataki de magret de pato.

Comemos en mesa alta hacia la calzada. Nos gusta. Empezamos con dos cañas tipo zurito y pan rústico ecológico con mantequilla ahumada al carbón, antes de comer en tres bocados unos sabrosos cogollos a la brasa con anchoas del Cantábrico y croquetas cremosas de hongo con alioli de ajo negro. Luego cruzamos el Atlántico y saboreamos unos tacos vegetales que desaparecen en un pispás. Y sigue el viaje. La siguiente parada es un sabroso tataki de magret de pato. La velada seduce y pronto saboreamos uno de los platos estrella: canelones rellenos de rabo de toro y setas. Terminamos con un encantador plato de cuchara (curry indonesio de langostinos) y tarta de queso con helado de vainilla. Acompañamos con Paco García (Rioja), Bornos (Ribera del Duero) y cava Torelló. Ritmos pegadizos.