Desde hace tiempo percibo en el aire una necesidad impaciente de aventuras, muchas ganas de hacer las maletas y descubrir otros lugares, otras culturas y otras formas de pensar. Igual esta necesidad es fruto de las redes sociales o del mundo influencer que presume de viajes y planes. Hay tanto que podemos hacer, que la aventura, creo, roza a veces lo edulcorado, lo inalcanzable y también, me atrevo a decir, lo irreal… Pero eso es otro tema.

También, la idea de volar se deba a la actual y creciente falta de confianza entre la juventud de este país. Las nuevas generaciones pisamos fuerte y tenemos una mentalidad diferente, motivo suficiente para migrar, cruzar la frontera y encontrar el nicho ideal donde crecer y hacernos valer. Es una cuestión de supervivencia.

Destinos como Australia, Alemania (Berlín), Holanda y Tailandia, entre muchos otros, suenan con fuerza en mi entorno más cercano. Será que a esos lugares les gusta el aire fresco y nuevas tendencias. Hay que hacerse hueco en el mundo profesional. ¡Vamos!