De las muchas leyendas de la isla de La Palma, hoy les cuento la historia de una madre desesperada por la vida de su hijo que sufría dolores horribles. En una noche oscura, en la que ni la luna iluminaba los montes como otras noches, ésta madre salió a buscar ayuda para su hijo. Se dice que se adentró en el camino Real de Amagar. Llegó al risco y descendió hasta el barranco de las Angustias. El viento y la lluvia apagaron el farol que llevaba para iluminar pobremente su camino.  En su recorrido encontró un madero de pino en forma de cruz. Sin dudarlo, soltó al niño un momento y arrancó parte del madero para hacerse una antorcha. Esta antorcha iluminó con una luz brillante su caminar.

Su hijo sanó y tras aquel “pecado” que la madre cometió, ésta regresó al lugar donde había arrancado la cruz de pino y colocó una cruz nueva. En su regreso, divisó una luz en forma de cruz que la cegó y la hizo arrodillarse y asustada, pidió perdón por su pecado. Se dice que su llanto se escuchaba en todo el valle. La madre relató que escuchó una voz que le decía: “Mujer, conozco tu pena y tu pecado, tu hijo llora, ve con él. Has cumplido lo prometido”. Aseguró que dicha voz era la Virgen de las Angustias. Desde entonces cuentan, que en las laderas de Amagar, se observa de vez en cuando una luz brillante que llamaron “Luz de Time” que ayuda a todos los caminantes a encontrar su camino entre la sombras de la noche.

Alejandro de Bernardo
@AlejandroDeBernardo