La inclusión de los superalimentos en nuestras rutinas alimenticias sin descuidar el resto de nutrientes es una muy buena opción.
Arándano. Incuestionable en la prevención de infecciones de orina.
Quinua. Ayuda a controlar el colesterol, contribuye a la pérdida de peso y regula el tránsito intestinal.
Maca Andina. Contiene muchos minerales, pero no hay que relacionarla con la libido femenina y la fertilidad.
Cacao. Eficaz frente al cáncer y a las pérdidas de memoria asociadas a la edad. Mejora el ánimo.
Espirulina. Contra la obesidad, artritis, úlceras intestinales, hipertensión arterial e infecciones.
Chía. Contiene grasas saludables polinsaturadas en mayor cantidad que los frutos secos y el aceite de oliva.
Moringa. Estimula las defensas, alivia los dolores de cabeza, previene la pérdida del cabello y ayuda a controlar el peso.
Bayas de Goji. Frente a afecciones oculares, renales, hepáticas y en la disfunción eréctil.
Agua de coco. Un buen recurso para la rehidratación o tras un deporte ligero.
Clorela. Refuerza el sistema inmunitario y la flora bacteriana endógena.
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