A los distintos tipos de familia habría que añadir la robótica. Es el caso del artista Rafa Ramos, pues convive con Cíber, Afrodita, Arturo, Robótico, Quijote Mix y Magnesium. Las criaturas, montadas con piezas recicladas, le acompañan en el día a día de su taller y, en ocasiones, las saca a pasear a algún festival, como Eólica o Mueca. Junto a estas creaciones, también diseña esculturas, cuadros y piezas de mobiliario. Son piezas únicas que, incluso, algunas, se han expuesto en la Bienal de Artes Plásticas de Santa Cruz de Tenerife. Rafa Ramos se afincó en la Capital tinerfeña hace treinta años. Cambió el oso y el madroño por el chicharro y el drago. Y en la Isla continúa, afortunado, con amor y trabajo.