Este vino blanco seco sobre lías se encuentra en un enclave único, paraje privilegiado sobre los mil metros a nivel del mar protegido bajo la corona forestal del Teide en el valle de Güímar. En este entorno nace el Ferrera Albillo Criollo con unos aromas y texturas únicos. Visualmente de color amarillo pálido, lágrima media y reflejos verdosos, en la parte aromática se muestra complejo con notas de fruta de hueso acompañada de notas herbáceas como el pinar. En boca resalta la fruta de hueso, entrada seca y gran amplitud, lo que lo hace sabroso al paladar y con gran persistencia.
Christian Lorenzo / El Gusto por el Vino
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