Tras especializarse en danza árabe y acrobacia ha reorientado su actividad artística a la canción popular de su país natal, la República Checa

Monika Srncová reside en Tenerife desde hace quince años. Se graduó en 1998 en el Music High School de Brno, donde fue componente y solista de varios grupos dedicados a la música sacra y folclórica. Luego se dedicó a la creación de espectáculos escénicos, especializándose en danza árabe y acrobacia con fuego y espadas, llevando su arte a países como Túnez, la India, Egipto e Inglaterra. Tras una lesión cervical ha orientado su actividad artística a la canción popular de su país natal, la República Checa, recogiendo creaciones y arreglos originales basados en melodías antiguas eslavas, adaptadas para piano, violín y voz. Compagina esta actividad con la formación en el Conservatorio Profesional de Música de Santa Cruz de Tenerife, donde, después de obtener el título de Violín, finaliza Viola. Además, recibe clases de Lírica de la soprano Carmen Acosta. Los idiomas tampoco le son esquivos y estudia Alemán y Ruso (aparte del español también habla inglés).  

Su estancia en Canarias no era definitiva, pero siempre ha encontrado un motivo para quedarse.

El proyecto de música tradicional que dirige fue seleccionado a finales de 2019 para el programa MusaE. Música en los museos estatales del Ministerio de Cultura y Deportes. Gracias a él, presentó su espectáculo en el Museo Nacional de Antropología de Madrid. Por su parte, en Tenerife ha actuado en el Real Casino de Tenerife, en la Fundación Mapfre Guanarteme, en el Auditorio Infanta Leonor de Arona y, recientemente, en el Paraninfo de la Universidad de Laguna, donde intervino junto a la pianista Rebeca Píriz. Ha cooperado, también, con varias agrupaciones en los festivales de la Zarzuela, Keroxén, Ensamble Contemporáneo y Fimucité.

Dice que está «muy españolizada» y que hasta hace algo más de un año no se relacionaba con la comunidad checa residente en la Isla, especialmente en el Sur («soy así, que le voy a hacer»), pero que a raíz de su actuación en Madrid y después de conocer a la cónsul honoraria de su país en Tenerife, Marcela Tosal, «la cosa está cambiando».

Por el momento, su plan más inmediato es finalizar Viola en el Conservatorio y luego, «ya se verá». Recalca que nunca hace planes y que por eso se adapta más fácil a las circunstancias. En este sentido, asevera que tras la lesión tuvo que reinventarse y que gracias a eso lleva mejor la pandemia. «¡Hay que salir para adelante!», exclama enérgica.

Vive sola en La Laguna con su gato y no entiende al turismo que solo se interesa por el sol y la playa. Monika Srncová encanta y seduce. Es una artista total.