Este sí que es un escondite para los que no sean un poco avispados. No es fácil de encontrar porque no está en un lugar céntrico pero vale la pena ir a verlo. Tiene unos 6200 metros cuadrados y es pionero en Canarias, no solo por su extensión sino también por sus elementos de juego. Es El Laurel, ubicado en la Calle Garoé de Puerto de la Cruz, en Tenerife.

Un parque sostenible

Es un parque sostenible e inclusivo. Respetuoso con el medioambiente y adaptado a las necesidades de aquellos pequeños con alguna discapacidad. Un lugar para jugar, para descansar o para simplemente interactuar con los compañeros de una manera sana y segura. Pero no solo está pensado para este colectivo sino para toda la infancia en general.

Un espacio colorido para estimular visualmente

Pues en este espacio tenemos un mini-carrusel, columpios nido, cabañas con red, tirolina, juegos de eco, juegos de conferencia, esculturas de animales y hasta un merendero para tomarse el bocadillo. Se puede mantener a los niños entretenidos por algo más de una hora. Niños de edades comprendidas entre los 0 y los (siempre anhelados si podemos llegar) 99 años. Un lugar al que se puede llegar fácilmente y aparcar.

Un lugar de fácil accesibilidad


Se trata de un espacio que ya ha logrado un premio por su accesibilidad, el Premio Innovación en la Arquitectura Accesible concedido por Sinpromi. Se trata de un parque que rompe barreras físicas y también las intelectuales.

Es un circuito adaptado también para ciegos. En el suelo hay unas líneas cognitivas para que los invidentes puedan guiarse por el parque. Un espacio para los sentidos. Algunos juegos estimulan la mente y los colores nos acompañan por todos los rincones.

Con grandes columpios para compartir con adultos

El parque es sostenible y en apariencia, muy respetuoso con el medio y la naturaleza. Se une así a la red de parques naturales que existen en otros puntos de la isla. Los diferentes elementos de juego están enclavados entre abundante vegetación autóctona y árboles. Un espacio adaptado en el que se ha usado el desbroce de la madera para cubrir algunas áreas del suelo. Son trozos de corteza que invitan a sentarse sobre ellas sin mancharse de tierra o arena. Trocitos de madera que, según dicen los expertos, relaja y tranquiliza a los niños con algunas necesidades especiales. Si quieres conocer más detalles no dudes en visitar Mi Pasaporte.

Cuenta con unos caminos con la mínima inclinación para que sea fácil acceder con silla de ruedas. La madera que se usó en los juegos es de Alerce de Los Alpes, que se pudre menos que la de abeto. El parque se recorre sobre unos caminos asfaltados que muestran líneas y círculos de colores. Algunos espacios están asfaltados con goma reciclada.

Lidia Rguez. Fuentes
@lidiargf