En algunas ocasiones, sin razón científica que lo justifique, muchas personas han optado por eliminar los productos con gluten y con lactosa de su alimentación. ¿Es una buena idea? En principio y de forma general, no tiene ningún fundamento a no ser que exista celiaquía o intolerancia a la lactosa. El gluten tiene propiedades nutricionales y existen estudios que relacionan su consumo con menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. No ingerir esta proteína de forma estricta puede dar lugar a deficiencias nutricionales.
Este punto también es importante en cuanto a la restricción de la lactosa, que parece asociarse con el déficit de nutrientes, por ejemplo, galactosa. Al retirar la lactosa se produce una deficiencia más acusada de la lactasa y esto puede ocasionar un empeoramiento posterior de su función. La producción de lactasa en el intestino es dependiente y adaptada al consumo mantenido de lactosa. Por eso, si se elimina totalmente la lactosa de la dieta durante un periodo prolongado de tiempo nuestro intestino, a falta de estímulo, entiende que no hay nada que digerir y deja de producir lactasa.
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