En más de una ocasión, seguro, el cáncer nos ha tocado de cerca: amistades, familia o uno mismo. Incluso, es posible que, en estos momentos, se nos esté haciendo la vida cuesta arriba. Pues es hora de divulgar y aprender que una adecuada dosis de ejercicio físico planificado por profesionales hará más llevadera la enfermedad y el tratamiento. Además, hay que decir que son innumerables los artículos científicos que demuestran lo importante del ejercicio físico tras el paso de la enfermedad.

En las personas supervivientes del cáncer, al menos el 33 % de la fatiga crónica y de la mala condición física se debe a la inactividad física inducidas por el tratamiento (quimioterapia, cirugía, radioterapia…). Por eso, en los últimos años se ha destacado la importancia de la actividad física y el ejercicio físico pautado como medio para oponerse a muchos de estos síntomas y contribuir a mejorar e incluso a recuperar la calidad de vida.