Los edulcorantes artificiales están hechos a base de azúcar, frecuentemente jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, más barato y más dulce que el azúcar de caña. Están presentes, por ejemplo, en la mayoría de bebidas calóricas.

En un estudio desarrollado entre 1991 y 2015 se demostró que las probabilidades de desarrollar cáncer colorrectal de inicio temprano aumentaron más del doble entre las mujeres que consumían dos o más bebidas azucaradas al día. La influencia de las bebidas azucaradas en la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) también ha sido un importante foco de investigación.

En conjunto, estos resultados resaltan la creciente preocupación por el uso de bebidas azucaradas calóricas y el mayor riesgo de una variedad de afecciones, incluida la enfermedad del hígado graso no alcohólico, la colitis y la neoplasia colorrectal.

Evitemos los productos azucarados y endulzar tanto con azúcar como con edulcorantes artificiales. Mejor, acostumbrarnos a los sabores naturales de los alimentos.