Dicen los neurobiólogos y los neuropsicólogos que en la mejora del funcionamiento de nuestro cerebro existe un factor denominado neurotrófico cerebral que influye de forma positiva en la regeneración de sus células, lo que hace que funcione mejor y que sea más longevo. Este factor se ve estimulado y aumentado gracias a un estilo de vida físicamente activo.

Esta buena nueva se une al resto de beneficios sobre nuestra salud mental a causa de llevar una vida no sedentaria:

  • Mejora de la memoria. Las células del hipocampo se ven estimuladas y alimentadas de manera más efectiva lo que mejora la retención de datos.
  • Previene el envejecimiento. La actividad física regular previene el infarto cerebral y mejora la función cognitiva reduciendo la posibilidad de padecer alzhéimer.
  • Mejora la autoestima. El deporte habitual aumenta la percepción positiva.
  • Reduce el estrés. La hormona noradrenalina es un químico que ayuda a moderar la eficiencia del cerebro frente al estrés.
  • Las famosas endorfinas. El deporte estimula la secreción de estas sustancias químicas que provocan la sensación de bienestar y felicidad cuando son segregadas por el cerebro durante la práctica física. De hecho, se recomienda llevar una vida físicamente activa cuando, por ejemplo, se padece depresión o ansiedad.