En la mayoría de los casos adoptar significa darle una segunda oportunidad a un compañero de vida: un gato, perro… que ya ha sufrido un proceso de abandono y puede, incluso, que maltrato. Acogerlo en tu casa de por vida, darle estabilidad, cuidarlo y quererlo será beneficioso tanto para ti como para él. Acariciar y abrazar a ese compañero reduce el nivel de estrés, mejora la autoestima propia y del animal, el cual, además, es fiel, leal, no te juzga y el amor incondicional que da es indescriptible.

Lo primero que se debe hacer es acudir a una asociación de bienestar animal, una protectora o centro de recuperación animal, contar las condiciones de tu hogar, familia, vivienda y dejar que te asesoren. Y dejarte adoptar. No te empeñes en buscar uno de raza. Cualquier animal es digno de ser querido. Y, por supuesto, debes desdeñar automáticamente la posibilidad de comprarlo. Con eso contribuyes a favorecer malas prácticas. Muchos perros son criados sin control legal por gente que solo busca la onerosidad de la compraventa. Jamás compres.

El número de perros y gatos abandonados en España roza cada año la cifra de 120 000. Estos animales, con suerte, acaban en un centro. El resto, tendrá un final trágico. Es muy tierno adoptar un animal mayor o con alguna discapacidad. Ya está educado, se sabe su personalidad y le darás el mejor de los finales.

Un gato o perro esterilizado será tu mejor compañía. Son divertidos, rutinarios, cariñosos. No te arrepentirás. Y, por favor, olvida aquello de que «ya tuve uno y lo pasé mal. No quiero otro». Todos merecen una oportunidad. No digas no a quererlos. Di sí a la adopción.

In memoriam para Tron y su sonrisa (2011-2021). Nos adoptó hace unos diez años para darnos felicidad. Amigo de nuestra gata Candela y de nuestra perra Layka, hermano de mis hijas y nuestra cabrita loca. No te olvidaremos, mi Tron.