Cristina Tavío, en exclusiva desde su residencia en Bruselas

La expresidenta del Partido Popular de Tenerife, Cristina Tavío, vive y trabaja, en la actualidad, en Bruselas junto a su marido, Berto, y su hijo, Alonso. Es consultora en Finnova EU, una fundación de innovación y financiación de la Unión Europea. También, es doctoranda en Derecho Internacional en la Universidad de La Laguna y en el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad Libre de Bruselas.

Usted ya residió en Bruselas entre 1992 y 1997. Ahora ha vuelto, ¿por qué?

«Iniciar un doctorado estrenando los cincuenta y que mi hijo pueda educarse en la capital belga era la mejor excusa para emprender esta aventura en familia».

¿Cómo es su día a día?

«Además de trabajar, mi marido y yo nos ocupamos de la casa y de nuestro hijo. Los horarios en esta zona de Europa permiten disfrutar más de la familia. Cocinamos y cenamos juntos a las siete».

¿Cómo se han adaptado a esta nueva vida?

«Yo lo llevo mejor, porque, por fortuna, hablo inglés y francés. Mis hombres se están amoldando y son unos campeones. Mi marido se ha adecuado a mí. Su trabajo principal está en Canarias, así que va y viene».

¿Hasta cuándo estará en Bélgica?

«No lo sé. Un buen doctorado internacional no se despacha en un año. Este país atrapa y enamora a pesar del mal tiempo en invierno. Hay numerosas oportunidades en mi sector y estoy intentando aprovecharlas como consultora en Financiación Europea. Igualmente, aprovecho la estancia para actualizar conocimientos en el complejo entramado institucional de la Unión Europea».

¿Cómo vive la pandemia del coronavirus en Bruselas?

«Aunque estamos en aislamiento domiciliario, podemos hacer deporte al aire libre con responsabilidad y guardando las distancias. Aquí nadie pone multas, pero el compromiso es muy grande y no se bromea con el confinamiento. Las emergencias requieren seriedad y estricta colaboración».

«Nadie, en la peor de sus pesadillas, podía haber imaginado que en pleno siglo XXI ocurriera esta tragedia»

¿Qué es lo que más le preocupa del día después al estado de alarma?

«Canarias depende del exterior y si las compañías aéreas no se recuperan pronto lo pasaremos mal. La recesión, la salida de la crisis, se puede alargar. Ya nadie lo duda. Continuaremos sufriendo de otra manera. Temo que tendremos problemas hasta para financiar el sector público. Dios quiera que en verano no falten turistas».

¿Es la situación más crítica que ha vivido hasta la fecha?

«Mi generación, acostumbrada a la libertad, a viajar, entrar y salir, nunca habíamos vivido algo tan grave. Se nos agudiza un poco el sentido de la responsabilidad cuando tenemos el miedo metido dentro. Dicho esto, hay que ponerse en la piel de los que toman las decisiones. Nadie, en la peor de sus pesadillas, podía haber imaginado que en pleno siglo XXI ocurriera esta tragedia».

¿Es más feliz, hoy en día, tras su marcha de la política?

«No es un período para presumir de felicidad… No obstante, me fui sin resentimientos. Guardo gratos recuerdos y conservo amistades en todos los partidos».

¿Se ha dado de baja del PP?

«Sí, el 20 de mayo de 2019. Me di de baja para recuperar mi actividad profesional e independencia».

¿Mantiene intacta su ideología?

«¡Claro! Pienso como liberal y en un modelo de sociedad que equilibre lo público y lo privado, con máxima transparencia y cercanía».

¿Cómo resumiría sus intensos años en la presidencia del Partido Popular de Tenerife?

«Lo que se hace de corazón da satisfacciones. Supimos contagiar ilusión en cada rincón de Tenerife. ¡Me siguen escribiendo para que vuelva! Ja, ja, ja…».

¿Se lo plantea?

«Eso lo dirá la vida. Mis planes a corto y medio plazo están en la vida profesional y universitaria».

¿Se quedó con las ganas de ser la primera alcaldesa de la capital tinerfeña?

«Fui alcaldesa en el corazón de mucha gente y eso llega muy adentro. Recibo mensajes muy cariñosos a pesar de la distancia».

La última etapa, supongo, no fue muy grata…

«Fue la puerta hacia la libertad, la ventana para reinventarme con esfuerzo y humildad. Supe dar un giro de timón y no me arrepiento. Me educaron para saber estar a las duras y a las maduras. Y eso marca. Me enseñaron a no arrugarme, a no esconderme y a dar la cara. De todas formas, la política, para mí, nunca fue un río en calma…».

«En los partidos se deberían firmar cláusulas de no todo vale, inculcar moderación y saber estar»

Ja, ja, ja… ¿Por qué?

«En trincheras podridas, a veces, se construyen mentiras para destruir a quien tienes enfrente. En los partidos se deberían firmar cláusulas de no todo vale, inculcar moderación y saber estar. Aun así, los buenos momentos, que son mayoría, hace que olvide los ratos no tan agradables».

Usted fue vicepresidenta del Parlamento de Canarias. La exdiputada autonómica por Coalición Canaria Dulce Xerach afirmó en el número 136 de FAMA que esta institución política es la que peor funciona y que, salvo si eres portavoz, no hay verdadera libertad. ¿Comparte esta valoración?

«Siento un gran respeto por la trayectoria personal y profesional de Dulce Xerach, pero no comparto su afirmación. El Parlamento tiene una operativa, un funcionamiento y un orden que funciona a través de los grupos parlamentarios. Yo, desde luego, siempre tuve la libertad para convencer con argumentos. Recuerdo batallas que di con éxito para votar en un sentido u otro».

¿Se arrepiente de haber pedido el voto para Carlos Alonso a la presidencia del Cabildo de Tenerife?

«Carlos Alonso y Fernando Clavijo supieron ganarse mi respeto, afecto y amistad. Creo que Canarias merecía tener cuatro años más de estabilidad. Así lo pienso. No fui contra nadie. Interpretaciones habrá para todos los gustos y las respeto».

¿Imaginaba la debacle de Coalición Canaria?

«No considero una debacle haber ganado las elecciones. En términos absolutos mejoraron sus resultados. Otra cosa fue la gestión que se hizo durante las negociaciones para formar gobierno. Sigo muy de cerca la actualidad de las Islas y veo que la Coalición Canaria moderada y no independentista cuenta con el respeto de muchas personas».

¿Cómo se vive en Bélgica la lucha feminista?

«Igual que en Tenerife. Las mujeres tenemos el derecho a organizarnos como queramos, a tener ambición en lo personal, profesional y político. Debemos seguir visualizando que querer es poder y que podemos ocupar el puesto que nos propongamos en la vida. Creo en la concordia y en la conciliación. Hombres y mujeres necesitamos coordinarnos para facilitarnos la vida y no para complicárnosla con crispación y enfrentamiento. Prefiero la miel que el vinagre».

«Practico deporte a diario y me estoy reencontrando con los fogones gracias a viejas recetas familiares»

Todavía recordamos aquel tipazo suyo en biquini en la playa de Las Teresitas durante la precampaña de 2011. ¿Conserva la forma física nueve años después?

«Ja, ja, ja… Siempre he recomendado la necesidad de tener una vida saludable. Mi religión gastronómica se sostiene en el consumo de productos frescos. Tienen más vitaminas y minerales. Además, me mantengo en forma gracias a mi afición por deportes como el ciclismo. A trabajar y a la Universidad voy en bicicleta. Disfruto de esta afición en el entorno de los maravillosos bosques que rodean Bruselas».

¿En qué emplea sus momentos de ocio?

«Realizo deporte a diario y me estoy reencontrando con los fogones gracias a viejas recetas familiares».

¿Qué es lo que más añora de Tenerife?

«A mi madre. Ninguna duda».

EL CURIOSO IMPERTINENTE

¿Lo más importante en su vida? «Mi hijo, mi madre y mi marido».

¿Un sueño por cumplir? «El doctorado y terminar mi vida profesional impartiendo clases en cualquier universidad europea».

¿Qué es lo mejor que sabe hacer? «Organizar. También me fío de mi intuición».

¿Hay algo que le produzca vértigo? «El comunismo».

¿Algún enemigo irreconciliable? «La persona que maltrate por diversión».

¿Cuál fue su peor decisión política? «No haberme marchado antes».

¿Qué le saca de sus casillas? «El despilfarro, el abuso de poder, la manipulación y las mentiras».

Tres cosas hay en la vida… «Salud, amor y armonía».

¿Qué espera de su hijo? «Que sea buena persona, moderada y con una educación abierta, liberal y multilingüe».

¿Un libro que, sí o sí, hay que leer? «El Principito o cualquier obra sobre el fracaso del comunismo».

¿Qué contacto es el más valioso de su móvil? «El de mi madre».

¿Algo imprescindible en su nevera? «Fruta y verdura».

¿Qué le aporta serenidad y sosiego? «No tener odio ni prejuicios».

¿Llegar a casa sola y borracha es una buena opción? «Es una opción muy triste. Beber demasiado es una adicción muy peligrosa. Precisamente, muchas víctimas de violencia de género señalan el consumo del alcohol entre las causas de sus palizas. Un asunto demasiado grave y serio para promocionarlo, en soledad o en compañía, desde una cartera ministerial».

¿Qué censura, en general, de la clase política? «Las prisas y no unirse en lo importante».

¿Y la mejor? «Sembrar empatía y predicar con el ejemplo».

¿Qué homenaje se da de vez en cuando? «Alguna botella de vino con amigos y chocolate negro».

¿Qué ha ganado tras su marcha de la política? «Tiempo. Emociones y aventuras en familia. Profundidad y reflexión».

¿Su look ideal? «Depende de la situación. Me considero femenina y bastante coqueta. No soy adicta a las marcas. Me gustan las tiendas con prendas de segunda mano. Procuro no comprar on-line para disfrutar de la ciudad y sus zonas comerciales».

¿Su momento más romántico? «Cenar en casa con un buen vino. Y si es canario, mejor».