Fotografía / KUO estudio

La topografía del lugar y las vistas son elementos determinantes a la hora de resolver la Casa Tabalta, firmada por el estudio Puertas35 Arquitectura. Se sitúa en un área con gran desnivel y unas vistas privilegiadas. Estos dos puntos fueron claves en el planteamiento inicial del proyecto.

La Casa se desarrolla en dos niveles. El acceso se produce desde la planta superior, donde se sitúan las habitaciones y la parte más privada.

La relación de la vivienda con la calle se minimiza a través de grandes muros y pocas aperturas. Se plantea una vivienda hermética desde el exterior, permitiendo privacidad en el interior. Otro elemento característico es la gran piscina infinity. Su color oscuro permite el efecto espejo, lo que potencia la reflexión del mar y el cielo en el plano de agua.

La Vivienda se plantea como un cubo blanco que se posa sobre un basamento de hormigón visto. Ese juego de contrastes entre el hormigón texturizado y el plano blanco liso del cuerpo superior se reproduce en el interior a través de un elemento estructural de madera que confiere contraste y aporta calidez.

La relación directa entre exterior e interior se traduce en la planta inferior a través de grandes acristalamientos. De esta forma, el espacio exterior se conforma como una prolongación del interior. En el lado del mar encontramos una gran plataforma rematada con la piscina. Por su parte, en la parte opuesta el jardín aporta frescura y verde al interior.

Las aperturas acristaladas en cubierta permiten la entrada de luz natural y la conexión de la Vivienda con el cielo y el espacio exterior. Un gran mueble de madera, a modo de biblioteca, articula la entrada. El salón se resuelve a través de un espacio diáfano que integra comedor y cocina. La iluminación interior juega un papel fundamental en el diseño.