La ruta de los castaños se ha convertido en un clásico en la temporada de esta fruta aunque realmente se puede disfrutar de estos paseos cualquier día del año. Hoy les propongo una de los innumerables caminos para eso que llaman “conectar” con la naturaleza. Es el Camino de Los Dornajos y está en los altos de La Victoria de Acentejo, un pueblo del norte de Tenerife.

Cómo llegar a Los Dornajos

Para llegar hasta el principio del camino les ofrezco un punto de partida que no tendrá pérdida. Se trata del Restaurante Los Garrafones. Justo desde ahí se puede comenzar a subir por la Calle El Carril o la Calle La Asomada. No habrá problemas si ponen el Google Map. ¡San Google llega a todas partes!.

Pasarán multitud de guachinches y restaurantes. Echen un ojo, por si a la vuelta les apetece reponer fuerzas en alguno de ellos y si quieren alguno en concreto no duden en entrar en Mi Pasaporte, donde podrán conocer alguno.

Esto es un dornajo

Dónde empieza el camino

El principio del camino comienza cuando acaba el camino de asfalto. La señal inequívoca de que han llegado es la existencia de un chorro de agua potable donde mucha gente hace acopio en garrafas. Ahí se puede dejar el coche bien estacionado. Verán unos carteles donde se explican las dos posibles rutas. Nosotros optamos por la que que sube, el Sendero SL-Tf 30 Los Dornajos.

Desde el primer momento comienzas a adentrarte en un monte de castaños, tupido y húmedo. Apenas en ½ kilómetro te encuentras una especie de merendero donde descubrirás un lugar muy interesante al menos. Se trata de una especie de abrevadero donde las mujeres lavaban la ropa. Se conserva incluso una piedra de lavar.

También hay un tanque de agua, o lo que viene siendo un dornajo”, un recipiente redondeado y esculpido en madera que sirve para dar de beber a los animales de carga. En ese lugar, con un par de mesas y bajo eucaliptos, comienza el camino, subiendo a mano izquierda. Algunos coches suben hasta ese lugar histórico con más de 150 años de existencia.

Bajo un gran castaño

Comienzas a subir por un lugar con cierta inclinación. Cuidado con el barro si van en invierno porque resbala y además la vereda transcurre justo al lado de un barranco. Siguen subiendo hasta llegar a unas rústicas escaleras con barandilla por la que siguen subiendo.

El sendero cuenta con algo más de 2 kilómetros y salvo el principio, es apto para personas poco entrenadas. Yo la subida la hice con 7 meses de embarazo. Luego confieso que me di la vuelta porque además iban 2 niñas pequeñas y no sabía hasta dónde iba a poder llegar. Además me entró “jilorio” pensando en alguno de los guanchinches.

arán a la Finca Las Rosas. Luego comenzarán a descender por la Zerafina hasta llegar a Los Gomeros. Y así….vuelta al punto de inicio.

La zona es de propiedad municipal y por eso, a través del Cabildo tinerfeño han acondicionado el sendero e incluso lo han presentado como atractivo turístico en FITUR.

Un camino ideal para conocerlo en época de castañas

Los castaños y las castañas

A lo que vamos: los castaños. En noviembre están en su máximo esplendor y cuando el sol aprieta sobre sus ramas, las castañas caen al suelo, protegidas eso sí, por su inteligente capa de picos. Las que encuentres, si te gustan, para la mochila. Seguro que te acordarás del camino de Los Dornajos y del paisaje cuando las degustes, bien tostadas (o guisadas, como prefiere mi madre) con un vaso de vino nuevo.