Vivienda unifamiliar

Esta vivienda en Adeje se proyectó junto a otra en un solar con una pendiente muy pronunciada en lo alto de una colina. Tienen una superficie de mil y quinientos metros cuadrados, respectivamente. El contacto con el exterior y la bioclimática fueron el fundamento de sus diseños. Grandes ventanales correderos mirando al mar bajo largos voladizos para protegerse del sol, espacios en doble altura, chimeneas solares para fomentar la ventilación natural, pasillos perimetrales que ayudan a protegerse de la irradiación solar y del viento… Arquitectura, paisajismo e interiorismo para una intervención única.

Fotografía / SuAr – Peluquería y maquillaje / Eva Cruz

Bibiana Santisteban es madrileña con algunas notas cántabras, por eso de que su familia fabrica pianos y toca más de un tecla. Quería estudiar Escenografía, pero acabó en Arquitectura. Natalia Montalat nació en Santa Cruz de Tenerife y se crió también en Barcelona y Madrid. Un no parar. Desde siempre le gustó dibujar, así que acabó en Arquitectura, donde coincidió con la que hoy es compañera del Estudio BN en el centro de La Laguna. Lo del porqué del nombre salta a la vista.

Las dos se graduaron en Madrid en 2011, annus horribilis para la profesión, ya que se emigraba o a otra cosa mariposa. No obstante, se liaron la manta a la cabeza en 2012 con un proyecto emprendedor que todavía hoy les roba el alma. «Comenzamos cuando estábamos terminando nuestras formaciones de máster: Iluminación Arquitectónica, Interiorismo e Infografías. No había nada de trabajo, la crisis del 2008 estaba siendo implacable con el sector de la construcción. Por momentos barajamos unirnos a colegas de promoción y asentarnos en Latinoamérica, Londres o China, pero surgió una oportunidad que nos hizo quedarnos: vivíamos de reformas de viviendas en Madrid, hasta que a los seis meses nos ofrecieron la rehabilitación integral de un hotel en Playa de las Américas, el Vanilla Garden. Así que nos vinimos para acá y aquí seguimos», recuerda Natalia Montalat con una sonrisa entre los labios.

Bibiana Santisteban añade que tuvieron la suerte de entrar en el mundo de los hoteles y restaurantes a través de las reformas y el interiorismo, «lo que nos permitió abordar trabajos de decoración, diseño gráfico y de mobiliario… A veces, trabajos grandes, a veces, trabajos pequeños. Distintas escalas y distintas maneras de enfocar el diseño. Eso nos hizo convertirnos en profesionales bastante detallistas y perfeccionistas».

Las arquitectas, que no ocultan su predilección por Rafael Moneo, Enric Miralles, Álvaro Siza, Anne Lacaton y Vassal, Eleena Jamil o Frank Lloyd Wright, saben que las cosas han cambiado y que no pertenecen a la generación que trabajaba en estudios con proyectos «que salían como churros por el plóter y tenían tamaños desmesurados». Subrayan, además, que aquellos años de «despilfarro arquitectónico» son muy distintos a los actuales, «pues ahora tenemos que ser más conscientes de la huella que dejamos atrás».

«Cada día es un reto. No sabes qué problemas van a aparecer, qué nuevo proyecto te vas a encontrar. Tiene hasta su punto adictivo»

Santisteban perfila que hacen una arquitectura de respuestas a los problemas o condiciones que se van encontrando. Por otro lado, señala que trabajan para que sus proyectos sean sostenibles, ecológicos y conscientes. «Nos interesa mucho la arquitectura industrializada y la vida y recorrido de los materiales que entran en juego en los procesos de las obras, tanto en su vida útil como en su posible desmantelación o recuperación futura», afirma

Así la cosas, apunta Montalat, «BN es un estudio pequeño, en ocasiones, mediano, que se adapta a la cantidad de trabajo que va llegando. Hacemos fundamentalmente proyectos de arquitectura, interiorismo de obra nueva, reforma y rehabilitación de hostelería, hotelería y residenciales. Ahora mismo somos seis chicas y un chico. Aquí no hay paridad».

Las arquitectas son de su tiempo. Disfrutan con la arquitectura actual y cuando toca intervenir en una vivienda protegida lo hacen con cuidado, gusto y esmero. Es el caso, por ejemplo, del trabajo que realizaron en una vivienda racionalista de José Blasco próxima al Barrio de los Hoteles en la Capital tinerfeña. «Cada día es un reto. No sabes qué problemas van a aparecer, qué nuevo proyecto te vas a encontrar. Tiene hasta su punto adictivo», dicen casi al alimón.

En BN suelen estar con cinco o seis proyectos de distinta envergadura y condición. Así, en la actualidad trabajan en dos viviendas de obra nueva en La Laguna y en el Sauzal, y en tres rehabilitaciones (dos en Madrid y otra en El Sauzal. También desarrollan un proyecto de urbanización de un concurso que ganaron en 2021 de 107 viviendas en Segovia, un proyecto básico para un edificio de 24 viviendas en Santa Cruz y una reforma e interiorismo de unas oficinas de una constructora en Tenerife. Un no parar. Y que siga.

A Bibiana Santisteban y a Natalia Montalat les encanta viajar: solas, en familia, con la pareja. El caso es viajar y perderse por lugares remotos. «A veces es la mejor manera de desconectar y encontrar la inspiración», subrayan antes de sacar a colación una frase de la arquitecta italobrasileña Lina bo Bard: «La arquitectura es el espejo de la personalidad de quien la escoge, la habita o de quien la proyecta».

Hotel Vanilla Garden

La reforma integral de un antiguo apartahotel en Playa de las Américas posibilitó inaugurar un hotel boutique de cuatro estrellas solo para adultos. La cuidada actuación conllevó un óptimo aprovechamiento de los espacios con soluciones adecuadas y creativas. Con esta premisa, el principal objetivo de la propuesta fue buscar una armonía entre el estilo moderno que el cliente requería con el aspecto tradicional que poseía la edificación. Se utilizó la mezcla de color y la iluminación, tanto natural como artificial, y patrones tropicales y geométricos como estrategias generales de diseño.

Paniclub

La cafetería Paniclub en Playa de las Américas se planteó con la pretensión de desarrollar una cadena franquicia en el futuro. La premisa principal fue generar una imagen potente, original y reconocible. El encargo implicó obra, interiorismo, imagen de marca, aplicación comercial… Uno de los elementos más característicos es el alicatado y gresite utilizado en paredes, asientos, barras y zona de neveras. Todos los muebles se diseñaron a medida. La estética retro se refuerza con imágenes de modelos en bañador de las reconocidas fotógrafas Elena Iv-Skaya y Eszter Cseh.