Llega el verano y queremos lucir el moreno con buena cara. Necesitamos sol, pero si no somos prudentes nuestra piel sufrirá mucho y acumulará un daño que, tarde o temprano, pasará factura. Por eso, debemos usar correctamente los autobronceadores para que no dejen ese aspecto sucio y anaranjado tan temido.

Lo primero es exfoliar la piel con algún producto (me encantan los exfoliantes corporales de Rituals) o alguna solución casera (aceite de almendras con café en polvo, por ejemplo). Para conseguir un efecto más natural y uniforme, lo ideal es mezclar el autobronceador con una crema hidratante o con el protector solar.

Es muy importante tener cuidado en los talones, las rodillas y los pliegues. Para evitar acúmulos de pigmento en esas zonas la dilución con crema que les comento es crucial. Tras aplicarlo hay que esperar al menos diez minutos antes de vestirte o darte un baño (si has elegido la opción de mezclarlo con el protector solar) y en dos o cuatro horas notarás como tu bronceado comienza a aparecer y continúa aumentando durante dos días aproximadamente.

Este truco me gusta muchísimo y no sólo para fototipos superclaros como es el mío, sino para pieles más morenas pero que quieren intensificar el color. Lo que no podemos olvidar es que por sí solos no protegen y siempre hay que usar protector solar.

En cuanto a las marcas, me gustan y he probado las de St. Moriz, Dior, Clarins y las toallitas comodines de toda la vida.