Todos desearíamos ser inmunes o, lo que es lo mismo, estar protegidos contra cualquier enfermedad. No hay ninguna fórmula milagrosa que nos asegure esa protección y, aunque nacemos con un sistema inmunitario que nos ayuda a combatir las enfermedades, debemos cuidarlo para que él haga lo mismo con nosotros. ¿Cómo? Para empezar, siguiendo estos cuatro consejos básicos: prestando atención a la alimentación, dejando de fumar, haciendo ejercicio físico adecuado a la edad y a las características personales y manteniendo una actitud positiva. Y de la actitud diremos que influye en un tanto por ciento muy elevado en el estado de la persona. Numerosas investigaciones confirman que tener una actitud positiva en la vida reduce el riesgo de contraer enfermedades, aumenta las probabilidades de curación y mejora la calidad de vida del paciente. En tus manos está.

Además de todo eso, claro está, hay que acudir al médico siempre que sea necesario. Nunca es demasiado tarde para empezar a cuidarse. No importa la edad que se tenga: 20, 40 o 70 años. Nos sorprendería conocer hasta qué punto podemos mejorar nuestra salud y prolongar nuestra vida cuando estamos dispuestos a tomar el control y cuidarnos de verdad.