Hoy les cuento un secreto. Un secreto a voces. Hace muchos millones de año el norte de Tenerife estaba plagado de maravillosas dunas de arena blanca. Lo que hoy es costa de roca volcánica, negra y áspera, fue, antaño, un remanso de suave arena. Algunos vestigios quedan en el fondo del mar de esos arenales. Uno de ellos es El Apio. Está ubicada en Valle Guerra, en La Laguna. Se trata de un lugar relajante, un verdadero paraíso en medio de la nada y lo mejor: su acceso. Muy pocas personas podrán pasar para disfrutar de este momento.

Ubicación

Aunque quisiera, no puedo dar muchos detalles de la ubicación exacta y no porque no desee compartir con ustedes la dirección (nada más lejos de la realidad). Es que que no me atrevo a dar  detalles del lugar con exactitud por varios motivos. Llegar hasta el sitio es posible al menos por tres vías. Dos de ellas son públicas y una tercera, por donde entré yo, privada.

Nada más llegar sorprende el arenal blanco justo en el norte de Tenerife

Les mentiría si les explicara al detalle alguna de las dos vías posibles porque yo, en realidad, no conozco ninguno de los dos caminos. Y el tercero, el prohibido, ósea, el privado…pues a la vista está, que mejor no recomendarlo . Yo me aventuré a entrar y, como era previsible, me quedé literalmente atrapada en el interior de una finca de plátanos. Cuando decidí retroceder al coche, que había dejado más arriba me encontré con la cancela cerrada. El responsable de la citada finca, un señor orotavense, muy amable, amante de la buena costa y que se mueve en motocicleta, me abrió la puerta y pude salir (en caso contrario les hubiera contado un cuento o aún estaría allí esperando). No sería por la cantidad de carteles que me encontré prohibiendo el paso…pero el momento Indiana me pudo y me puede. Me satisface y me motivan los retos, jejeje, cual si fuera Dora la Exploradora.

Vamos a explorar

Lo reconozco. Muchos de los que siguen en mi  blog Mi Pasaporte me han sugerido que me dedique a ver los reportajes del Discovery Channel y que no desvele la ubicación de estos lugares tan emblemáticos de nuestra isla maravillosa. No solo sigo el Discovery sino también el Canal Viajar .  Lo de viajar, ya me gustaría a mí un poquito más. La cuestión es que, si yo llegué a este lugar fue porque alguien me mostró el camino. Es lógico que queramos guardarnos los paraísos para nosotros mismos, pero no hay nada de malo en saber compartirlo con los demás. El peligro no está en que se conozca. La cuestión es cuidarlo.

El caso es que el lugar en sí, al margen de las entradas y salidas, de lo prohibido y lo permitido, de lo que se desvele o se deje de desvelar, es maravilloso. Arena blanca y roca negra volcánica. Ambas forman innumerables charcos de agua cristalina y limpia que dan un respiro y te invitan al baño después de la  caminata. 

La playa está enclavada en el norte de Tenerife, en concreto pertenece al término municipal de La Laguna. Se ubica en algún sitio no definido y ubicado. Se puede también acceder por mar. Otra referencia, y casi la más acertada, es que la finca por la que accedí pertenece a un conocido empresario gomero y que es la que da el nombre a esta playa de arena dorada.

Un poco más del Apio

He leído en algún lugar que, a pesar de los escondido de este punto, Costas (o sea el Estado) ya puso sus ojos en esta playa. Había varias construcciones de pescadores que estaban afectadas por la ley de derribo de inmuebles ilegales y, supuestamente, tenían que ser destruidas. Al menos una de ellas sigue en pie, lo mismo que varias casas que se elevan en el frente de playa y que, ya me gustaría a mí poder disfrutar algún que otro fin de semana. Un lujo…pero lujo de verdad.

La ladera de este enclave natural, es conocida también por la gran cantidad de yacimientos arqueológicos que se han hallado a lo largo de los años.  Me queda pendiente, además, la visita a la Cueva de El Calabazo (dicen que está cerca). Siempre, ya lo saben, hay que dejar algo para volver.

La salida más acertada, y permitida, de la zona es por un camino conocido como los “cien escalones” . Imaginen por qué.

Mucha gente pernocta de forma ilegal en esta zona de costa de Valle Guerra