Fotografía / SuAr
A Rosi Marichal siempre le había interesado el mundo de la moda, así que un buen día, hace treinta años, se puso el mundo por montera y, voilà, nació la boutique Vértigo en Santa Cruz de Tenerife. Comenzó en la calle Porlier y desde el primer momento comenzó a viajar a Madrid y Barcelona para visitar a mayoristas. Poco a poco fue tocando a los mejores showrooms y se posicionó como una tienda con marcas reconocidas, pero diferentes a las que se podían encontrar en la Isla. Con esfuerzo y trabajo fidelizó clientela y con los años se mudó a la calle Pérez Galdós. Vértigo se erigía en una de las boutiques referencia en la Capital tinerfeña.
Ahora, en febrero de 2023, Marichal dice adiós a tres décadas de vida empresarial. Deja atrás decenas de clientas, de amistades, que desde el primer día, cuando compraron su vestido de graduación, continuaron después confiando en sus propuestas. «El secreto está en la cercanía y honestidad, en asesorar con sinceridad ofreciendo prendas de calidad. Vestir bien sin ostentaciones», subraya.
Rosi Marichal cuenta con estudios universitarios de Derecho y de Bellas Artes, pero unas oposiciones al Servicio Canario de Salud, que sacó, y su pasión por la moda encauzaron su camino. Se casó joven y tuvo a Óliver y Nuria, querencias familiares que durante este tiempo ha compaginado con Vértigo. Confiesa que no ha sido fácil, pero que ha valido la pena.
Ahora, aunque toca el relevo generacional, apunta que no se desvinculará totalmente del mundo de la moda, pues en sus planes entra colaborar en algunas editoriales para continuar conectada a lo que le gusta. Y de vez en cuando visitará a su querida Vértigo y departirá con la nueva propietaria, una clienta que, al igual que ella, «ama la moda».
Otra de sus pasiones, viajar, marcará distintos días. Y entre museos, hoteles y lo que surja, aparecerá una boutique a la vuelta de la esquina que le encienda el alma.
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