Fotografía / José María Nogales para Engel & Völkers
En lo alto de Acorán, un rincón privilegiado de Santa Cruz de Tenerife, se alza esta villa panorámica que redefine la noción de lujo contemporáneo. Más que una vivienda, es una experiencia sensorial completa: la arquitectura se funde con el paisaje y cada rincón parece diseñado para acoger el silencio, la luz y el vaivén del Atlántico.
La casa fluye hacia el exterior con naturalidad. La terraza y el jardín conducen a una piscina infinita que, más que una obra arquitectónica, parece una prolongación del mar.
Desde el mismo instante en que se cruza el umbral, el ambiente transmite serenidad: materiales nobles, luz natural a raudales y una distribución que favorece la conexión con el entorno. Todo en esta vivienda contribuye a crear un espacio de calma absoluta, donde el mobiliario dialoga con la arquitectura sin imponerse.
«Esta villa panorámica, localizada en lo alto de Acorán, redefine la noción de lujo contemporáneo»
La cocina, moderna y acogedora, está equipada con una isla central y se convierte en un lugar de encuentro más que en un área de trabajo. Abierta al salón y conectada con la zona exterior, invita a compartir momentos cotidianos con una fluidez natural.
Esta sensación de amplitud y armonía se repite en cada uno de los siete dormitorios, todos luminosos y funcionales, pero es en la suite principal donde la casa revela su alma: el mar se cuela cada mañana por las ventanas, el baño de diseño invita a la calma y el vestidor añade el toque de sofisticación práctica.
En el exterior, la protagonista indiscutible es la piscina infinita, perfectamente alineada con el horizonte. No solo amplifica las vistas, sino que genera una sensación de suspensión sobre el mar. Todo ha sido cuidadosamente pensado, desde la iluminación indirecta hasta la elección de los materiales, para que cada estancia contribuya a una experiencia estética y emocional coherente.
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