Fotografía / SuAr

Auri Sanz ha aceptado el reto de posar sin maquillaje ni peluquería (cien por cien natural) para este reportaje de FAMA. La prioridad en su vida es la salud y sabe que con las rutinas de vida saludable que lleva (gimnasio diario, cuidada alimentación y tratamientos médico-estéticos), tener la cara lavada y lucir espléndida es posible. Y esto lo traslada a las personas que cuida en su clínica de Santa Cruz de Tenerife, AS Medicina Estética y Láser.

Auri Sanz no tiene una receta mágica para lucir un cutis increíble y un cuerpo maravilloso. Sus espléndidas 42 primaveras se curten en gimnasio todos los días del año («con el deporte neutralizo el estrés y la ansiedad»), cuida la alimentación y atiende su piel con tratamientos de medicina estética, los que ofrece la clínica que dirige en la Capital tinerfeña.

Desde joven tuvo claro que lo suyo era el mundo de la salud. Tras obtener el título de Estética Integral y Bienestar (ciclo formativo de grado superior), estudió Enfermería en la Universidad de La Laguna, pero no fue suficiente: se matriculó en Medicina (en la actualidad finaliza la Carrera, también en La Laguna). Además, en 2010 creó Clinique Tenerife, hoy en día, AS Medicina Estética y Láser.

Decidió emprender después de trabajar como enfermera en el Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria y luego en una ambulancia medicalizada del 112. «Pasé de lidiar con el sufrimiento ajeno a poner guapa a la gente. Necesitaba un cambio. Me di cuenta de que la medicina estética era mi pasión», dice en medio de un receso de estudio, pues está en período de exámenes.

Madre de Claudia (15 años), la directora de AS Medicina Estética y Láser no se considera una superwoman, antes bien dice que todo reside en el trabajo y en la actitud con que haces las cosas: «Con esfuerzo puedes conseguir lo que te propongas. La vida es muy larga y siempre tienes tiempo. Por otra parte, soy una mujer muy vital, alegre, optimista y con una energía tremenda. Me ilusiono con las cosas, con tener proyectos. A veces me quiero aburrir. Ja, ja, ja…».

Aunque tiene claro que su tarea de madre es la más importante, Auri Sanz procura sacar tiempo para ella, para cumplir años de la mejor forma posible. En este sentido, afirma que a partir de los cuarenta, junto al ejercicio físico de cardio y fuerza («el músculo es la clave para envejecer bien»), y buenos hábitos alimenticios, es necesario recibir tratamientos médico-estéticos. «Es muy importante llegar a los cincuenta con la autoestima alta», señala. Se trata, añade, «de combatir todos aquellos factores externos (exposoma) que, de una manera u otra, afectan a nuestra piel, potenciando su envejecimiento y dejando en ella signos visibles como las arrugas, la flacidez o la falta de uniformidad en el tono». Entre los factores que forman parte del exposoma, Sanz detalla la contaminación, la radiación solar, el tabaco, el clima, la alimentación, la falta de sueño y el estrés.

Consciente de la realidad, la tinerfeña es la primera en llevar unos hábitos antiexposomas. Quiere mantenerse saludable tanto a nivel físico como psíquico, llegar lejos y bien, y disfrutar al máximo de la vida. Con estas premisas, complementa las buenas prácticas con la tecnología láser o la radiofrecuencia intradérmica fraccionada sobre el fibroblasto. Este tratamiento, apunta, genera una belleza más sana y es clave para conseguir la bioestimulación de los tejidos prácticamente sin riesgos y de manera natural. Así, subraya que «como los fibroblastos secretan colágeno, una proteína que ayuda a mantener el marco estructural de los tejidos, tenemos que focalizar todos los tratamientos en activar este tipo de células». Sobre esta cuestión, asevera que prefiere la medicina regenerativa con este tipo de tecnología y no abusar de los productos inyectables. «La aparatología es una maravilla. Mejora la piel al instante», asegura. En su clínica, lógicamente, no falta lo último de lo último: Alma Q, Harmony, Visia, Endolift, Hydrafacial, Morfeus 8…

¿Y el maquillaje? Sanz asiente que muchas caras de hoy en día no son reales (también por abuso de tratamientos médico-estéticos) y que valora más cómo somos que cómo nos vemos. Indica que el maquillaje es un recurso para desatar tu fantasía, no porque realmente lo necesites. Eso sí, es necesario, sostiene, para tapar el cansancio.

Auri Sanz se quiere y transmite positividad. Ahora invierte en ella porque en el futuro no desea hacerlo en cuidados médicos. Su momento, siempre, es sentirse bien y segura.

Consciente de la realidad, la tinerfeña es la primera en llevar unos hábitos antiexposomas. Quiere mantenerse saludable tanto a nivel físico como psíquico, llegar lejos y bien, y disfrutar al máximo de la vida. Con estas premisas, complementa las buenas prácticas con la tecnología láser o la radiofrecuencia intradérmica fraccionada sobre el fibroblasto. Este tratamiento, apunta, genera una belleza más sana y es clave para conseguir la bioestimulación de los tejidos prácticamente sin riesgos y de manera natural.

Así, subraya que «como los fibroblastos secretan colágeno, una proteína que ayuda a mantener el marco estructural de los tejidos, tenemos que focalizar todos los tratamientos en activar este tipo de células». Sobre esta cuestión, asevera que prefiere la medicina regenerativa con este tipo de tecnología y no abusar de los productos inyectables. «La aparatología es una maravilla. Mejora la piel al instante», asegura. En su clínica, lógicamente, no falta lo último de lo último: Alma Q, Harmony, Visia, Endolift, Hydrafacial, Morfeus 8…

¿Y el maquillaje? Sanz asiente que muchas caras de hoy en día no son reales (también por abuso de tratamientos médico-estéticos) y que valora más cómo somos que cómo nos vemos.

Indica que el maquillaje es un recurso para desatar tu fantasía, no porque realmente lo necesites. Eso sí, es necesario, sostiene, para tapar el cansancio.

Auri Sanz se quiere y transmite positividad. Ahora invierte en ella porque en el futuro no desea hacerlo en cuidados médicos. Su momento, siempre, es sentirse bien y segura.

«Mí hábito diario»

  • Sérum con vitamina C y ácido ferúlico.
  • Crema hidratante.
  • Protección solar.
  • Bálsamo hidratante para los labios.
  • Rímel.

2-2-2-2

La rutina perfecta de Auri Sanz («poco agresiva y saludable») para los tratamientos médico-estéticos faciales se reduce, a partir de la treintena, a combinar cuatro procesos en donde el número dos es protagonista:

  1. Dos sesiones de bótox al año.
  2. Dos inductores de colágeno (ácido hialurónico, hidroxiapatita cálcica, ácido poliláctico…) al año.
  3. Dos tratamientos al año de Luz Pulsada Intensa (IPL) con Harmony XL Pro.
  4. Una sesión de láser Q-Switched (Alma Q) cada dos meses.