Entre la danza, la psicoterapia y el activismo

«Cuando el corazón está en paz la cabeza se pone al servicio»

Acerina Amador es una de las bailarinas contemporáneas más sobresalientes del panorama canario. Se formó en el Teatro Victoria de Santa Cruz de Tenerife, en Dock 11 (Berlín), en Área (Barcelona) y en destacados programas nacionales e internacionales junto a reconocidos mentores. Además, perfeccionó su faceta interpretativa en el Conservatorio The Neighborhood Playhouse y en The Susan Batson Studio de Nueva York.

Ha actuado en escenarios de los cinco continentes y fue premiada con la prestigiosa residencia y beca Danceweb en el año 2009, mientras que en 2013 fue invitada a varios encuentros internacionales de coreógrafos como Skite, dirigido por Jean Marc Adolphe en Caen, Francia; Interferencias, en México, y No Borders, en Xiamen (China). También ha impartido seminarios de creación coreográfica.

Junto a su faceta artística, Acerina Amador es psicóloga clínica especialista en Terapia Analítica Conductual. Esta actividad la desarrolla desde la dirección de Contexto, centro especializado en Terapias Contextuales de Tercera Generación. De igual forma, imparte docencia en el Experto en Terapias Contextuales de la Universidad de La Laguna y en el Colegio Oficial de Psicólogos de Santa Cruz de Tenerife.

Saca tiempo, asimismo, para trabajar en la defensa de los derechos de la Tierra y de los animales. Un no parar.

Su trayectoria vital se vincula más a la danza que a la psicología. ¿Tenía esta segunda actividad en un segundo plano?

«Nunca me he desvinculado de la Psicología. Siempre he estado formándome y generando vínculos entre las dos disciplinas. Llevo trabajando en Terapias Contextuales casi diez años. La diferencia es que ahora cuento con el apoyo de un equipo multidisciplinar para tratar de forma integral la desregulación emocional. Atendemos a personas a las que las emociones les dificultan la vida. Desde la depresión, el abuso de sustancias, la conducta suicida o el trastorno de personalidad límite».

¿El cambio es posible? ¿De qué depende?

«Las personas somos nuestras circunstancias, por lo que el cambio sucede cuando alteramos la relación con nuestro contexto».

¿Qué es lo realmente importante en la vida?

«No tenemos una respuesta única. Lo que sí sabemos es que cuanto más clarificado están valores y metas, y se cultiva la habilidad de tomar perspectiva sobre las barreras internas, las personas nos dirigimos a ellas con más efectividad. Por otro lado, y pese a toda la información popular que dice que cualquier meta es posible, la construcción de vidas con bienestar incluye aprender qué puedo cambiar y qué necesito dejar estar».

Organiza retiros de Mindfulness y yoga. ¿Qué beneficios aporta encontrarse a uno mismo?

«No se puede encontrar lo que ya tenemos. Digamos, más bien, que los retiros nos ayudan a recordar. Recordar qué nos importa, recordar quiénes queremos ser y cómo queremos actuar en este tiempo limitado de vida».

¿Le da más importancia a la cabeza o al corazón?

«Esa separación tiene muchos problemas, pero entendiendo el significado de la diferencia, valoro más el corazón, sin duda. Cuando el corazón está en paz la cabeza se pone al servicio».

¿Qué puede proporcionarle el mundo de la danza a la psicología?

«El cuerpo es un sistema que piensa, siente y actúa por sí mismo en todo su universo celular y diferenciado. Se ha visto que el ballet ayuda a las personas con Parkinson. Esto se debe a que el baile genera un bienestar físico que se traduce en un mejor estado de ánimo. También se utiliza para optimizar la percepción corporal en la infancia. En Contexto tenemos un programa de habilidades sociales a través del movimiento. Reforzamos la capacidad expresiva en personas con poca asertividad».

¿En qué proyecto artístico trabaja en la actualidad?

«Estoy creando un festival de arte y ecología, y tengo una producción con el colectivo barcelonés Parkeito, aparte de actuaciones en varios países con Refugio, mi última pieza, la cual aborda cuestiones de sostenibilidad. Al mismo tiempo, preparo un trabajo con personas que sufren desregulación emocional».

¿Qué le aporta bailar?

«Bailar es una manera de acceder a otros niveles de la realidad no traducibles al lenguaje verbal. Supone despertar a capas de sensaciones y a múltiples relaciones con lo que me rodea, momento a momento. Es una experiencia que despierta mis sentidos».

Recientemente estuvo en el Amazonas. ¿Qué encontró por allí?

«Estuve con la comunidad Amarakaeri realizando una intervención e investigando en su relación ancestral con la Madre Naturaleza. Vamos a desarrollar un proyecto en el verano».

¿El medioambiente está tan mal como lo pintan?

«A mí me gusta más hablar de ambiente. En Canarias, por ejemplo, un espacio con altísima densidad poblacional debido al turismo masivo, llevamos tres meses de sequía. Ahora se ha declarado una emergencia climática, aunque parece más un escrito de buenas intenciones que un plan que aborde medidas reales y contundentes. Sí, el ambiente está muy mal pero la desesperanza no sirve. Necesitamos actuar a todos los niveles, desde el individual al colectivo».

EL CURIOSO IMPERTINENTE

¿Su ideal de felicidad? «Una vida que marque diferencia para otros, con equilibrio en la satisfacción entre distintas áreas importantes».

¿Qué le pide a la vida? «Tiempo para realizar todos los sueños».

¿Su libro de cabecera? «Seguir con el problema, de Donna Harway».

¿Existe el amor sin dolor? «La intimidad del amor supone, inevitablemente, sentir dolor en algún momento. El amor incluye al dolor, que no al sufrimiento».

¿Qué le saca de sus casillas? «Me entristece el egoísmo, la falta de sentido de comunidad».

¿A qué le tiene miedo? «Temo a la muerte de las personas fundamentales de mi vida».

¿Un sueño alcanzable? «Reforestar y proteger una zona de alta biodiversidad en el Planeta. Estoy buscando socios emprendedores».

¿Algo que sí o sí necesita para vivir? «Lo único que sí o sí es necesario son los elementos para sobrevivir: aire, agua, alimento. Aspectos en peligro con la emergencia climática. El resto, es dispensable».

¿Qué virtud suya valora más? «Mi sensibilidad para ocuparme del otro, sea un espectador, animal o una persona a miles de kilómetros».

¿Qué es lo menos que le gusta de usted? «Mi dificultad para priorizar y elegir proyectos. Esto hace que los disfrute menos por sobrecarga».

¿Qué mal presente en la sociedad le preocupa más? «La indiferencia. Estamos generando una catástrofe global por la negligencia colectiva».

¿Hay algo que no tenga remedio? «Muchas cosas no tienen remedio, por eso necesitamos cultivar la capacidad de aceptar. Y eso lo dice una obstinada».

¿Cómo califica el estado actual de su espíritu? «Inspirado».

¿Cuida especialmente su físico? «Cuido mi salud, que repercute en mi aspecto. Llevo una alimentación vegana y hago diferentes deportes».

¿El fin justifica los medios? «No. Cuando los medios no son íntegros los fines se perjudican, tarde o temprano».

¿Con qué ritmo no puede dejar de mover los pies? «Me confieso fan del tango, el bonaerense, lento y pegado, con un gran control de movimiento, escucha y entrega».

¿A veces ve fantasmas? «¡Claro! Tengo miedos que me hacen sentirme insegura y vulnerable. Esos son mis fantasmas. Los llevo conmigo y, en general, somos amigos».

¿Por qué le gustaría ser recordada? «Por el amor que doy, envuelto en diferentes obras».

¿Dónde está la belleza? «En las acciones, en la capacidad de entrega, cuidado y compromiso».

¿Por qué estaría dispuesta a morir? «Por un mundo con bienestar. Abundan las personas y animales sin refugio. Moriría por revertir esa situación para que pudiéramos vivir y morir bien».


Fotos: Pablo Rodríguez

Peluquería y maquillaje: Guille Peluqueros

Vestuario y pendientes: Boutique Joli, La Laguna