El pintor Miguel Arocha (Santa Cruz de Tenerife, 1949) dejó la banca para dedicarse a la enseñanza superior de las Bellas Artes, mientras que una lesión jugando al fútbol con el Toscal juvenil le acercó a la guitarra, de la que, desde entonces, nunca se separa. Y en todo fue y es excelente. Padre de Alicia, Miguel, Ana y Lucía, es una persona neorenacentista por aptitud y neomanierista por actitud. Próximo a los postulados de Aristóteles y Platón, su polifacética vida se rige por la belleza, la armonía, el equilibrio y la constante búsqueda de la perfección.

«Agradezco los talentos que me ha dado la vida. Todo lo que me he propuesto lo he logrado»

Se ha jubilado, recientemente, de su Cátedra de Dibujo en la Universidad de La Laguna. ¿Cómo se encuentra? «Yo hubiera seguido dando clases. El contacto con el alumnado te hace crecer. Enseñas pero también aprendes. No obstante, ahora invierto el tiempo en pintar y tocar la guitarra. En el campo de la creación y la interpretación artística las mejores obras suelen hacerse en la madurez. Se centra más la atención y la información se reduce a aquello que es esencial, prescindiendo de lo superfluo o anecdótico».

¿Qué le ha aportado la Universidad después de más de cuarenta años en sus entrañas? «Me ha enseñado a saber qué información es la que necesitas, dónde buscarla y cómo manejarla. No he dejado enemistades. He respetado, admirado y he sido generoso y riguroso en todo lo que he hecho. Después, gracias a los cargos de responsabilidad que he desempeñado, he compartido experiencias con profesionales del más alto nivel. Y siempre con la actitud y el propósito de superar lo hecho y aportar nuevas soluciones».

A lo largo de su trayectoria no se ha prodigado en los ambientes culturales de las Islas. ¿Por qué? «La actividad en la Universidad, académica y de gestión, me absorbió. De todas formas, no me interesa la vida pública. La cultura está en manos de la clase política, la cual, normalmente, vive ajena al mundo del arte. Mientras yo trabajo otras personas hacen política».

¿Cómo ve, en la actualidad, el panorama artístico canario? «La mejor época para la cultura en las Islas fue cuando Jerónimo Saavedra fue presidente. Después se han hecho cosas, pero no suficientes. Me encantaría que alguien recondujera la gestión artística en Canarias con liderazgo y criterio».

¿Se imagina sin Velázquez? «No. Velázquez ha sido una de las personas más inteligentes que han existido sobre la Tierra. Era un intelectual, un artista increíble. Se anticipó a la abstracción y a la imagen pixelada».

¿Puede definir la belleza? «Cuando miras la belleza te estremece, te hace sentir bien. Tiene que ver con las leyes de la naturaleza y el comportamiento humano. La forma, el color, las proporciones se combinan para responder al patrón por el que se rige el Universo».

«Me encantaría que alguien recondujera la gestión artística en Canarias con liderazgo y criterio»

¿Dónde suele encontrarla? «En cualquier cuadro de Velázquez».

¿Qué nos aporta el arte? «El arte es una forma de entender la vida. Transmite un pensamiento, una provocación, una crítica, una necesidad… El arte surge de la reflexión, del concepto, la ideología, la utopía, el compromiso…».

¿Cuál ha sido o es su gran obsesión artística? «No he tenido ni tengo obsesiones. Procuro mejorar lo ya hecho, aportar nuevos resultados. Agradezco los talentos que me ha dado la vida para el arte, el deporte… Todo lo que me he propuesto lo he logrado».

¿Cómo ha evolucionado su pintura hasta la actualidad? «Siempre intento dominar la luz, la atmósfera y el espacio para encontrar la belleza con las dosis precisas de fantasía y magia. Es una evolución constante».

Fotografía / SuAr

Sus retratos son muy reconocidos. ¿Qué tienen de especial? «En ellos busco despertar la admiración por la belleza que provoca la luz cuando se posa y reposa sobre las superficies y da cuerpo a la atmósfera que las rodea. Utilizo una luz cenital con leve inclinación lateral extraída de mis estudios sobre la luz de Velázquez y de Rembrandt. Con un sólo punto de luz, puntual, similar a la solar, y por lo tanto, natural, evito la contaminación lumínica provocada por luces secundarias que puedan provocar un efecto fotográfico. Ese es mi propósito. Luego, la variedad de matices es el resultado del desarrollo de la sutileza y sensibilidad que heredé de mi madre».

¿Cómo se enfrenta al lienzo? «Es un reto constante, como el resto de mi vida. Ahora he entrado en mi madurez artística. Será porque ya no tengo prejuicios de ningún tipo. Esto me permite acometer la obra sin distracciones, centrando la atención en aspectos creativos, expresivos y plásticos. Considero al lienzo como un soporte sobre el que investigo. La búsqueda, la curiosidad por desvelar, el compromiso, el propósito de superar lo hecho y de aportar nuevas soluciones se han mantenido como constantes a lo largo de mi trayectoria».  

¿Para cuándo un autorretrato? «Me lo pregunta mucha gente. Creo que ha llegado el momento».

«Me entristece formar parte de una generación que podría pasar a la historia por ser consciente de un engaño»

Lleva más de veinte años investigando el movimiento de los electrones. ¿Por qué? «Surgió por mi curiosidad e interés por un tema que ha sido abordado desde la física y la química, pero no desde la forma y el dibujo. Se decía que los electrones giraban siguiendo una trayectoria en circunferencia alrededor del núcleo, pero nada en el Universo sigue pautas cerradas y uniformes. Por lo tanto, las trayectorias en movimiento y recorrido que se rigen por la gravedad y la energía tienen que ser helicoespirales. Dos o tres años después de empezar con mis estudios surgió la Attociencia, que persigue los mismos fines y propósitos. Y es que del átomo se sabe todo menos la forma del recorrido de los electrones alrededor del núcleo. No se puede captar el dibujo de su trayectoria porque tarda un attosegundo, uno elevado a menos 17».

¿Y a qué conclusión ha llegado? «A lo largo de este tiempo me he dedicado a buscar la articulación geométrica que proporciona la circulación de los electrones, la misma que en las galaxias. O sea, la supersimetría o estructura geométrica del campo electromagnético del Universo. Como consecuencia, he deducido un circuito-trayectoria helicoespiral perfecto que se sustenta en un tetraedro y su articulación con el cubo, el octaedro y el cubo-octaedro. Este estudio, a su vez, me introdujo en el policurviedro y polihelicoedro, que no han sido abordados. Estos resultados tienen aplicación en muchos campos del saber».

¿A estas alturas de la vida hay algo que le inquiete? «La salud. Nunca me había preocupado. Será la edad. Ja, ja, ja… Espero que no me falte la vista».

¿Cómo sobrelleva la pandemia? «Mal. Me ha defraudado la comunidad científica e investigadora. El Planeta está padeciendo una convulsión global sin precedentes por una epidemia con escala de mortalidad muy baja si la comparamos con la peste bubónica, la viruela o la gripe. Es evidente que esto responde a unos propósitos e intereses concretos. Me entristece que permanezcamos impasibles ante la manipulación. Me entristece formar parte de una generación que podría pasar a la historia por ser consciente de un engaño y ofrecer respuestas con un bajo grado de compromiso, poco sensatas y sin mesura».

«Los insaciables magnates del negocio están provocando graves daños a la humanidad»

¿Y qué propone para salir de esta situación? «Propondría una manifestación mundial, al unísono, para exigir un órgano con representación de todos los países que proteja al conjunto de la humanidad con auténtica capacidad para tomar decisiones y medidas vinculantes. Un órgano que pueda intervenir con firmeza y dar respuesta adecuada a problemas globales, como el que estamos padeciendo, tomando las medidas necesarias, a propuesta de un consejo con especialistas de todo el Mundo. Sería lo sensato. Estamos presenciando una especie de carrera a ver quién encuentra antes el remedio. Esto me lleva a pensar que hay propósitos poco generosos. También es evidente que este esfuerzo por separado es más lento e ineficaz. Los insaciables magnates del amplio espectro de la esfera del negocio están provocando impunemente y sin escrúpulos graves daños a la humanidad».

Tocar la guitarra es otra de sus pasiones… «Sí. Me enganché a ella tras caer lesionado jugando al fútbol con el Toscal juvenil. Luego, a partir de los treinta años, jugué al fútbol sala con el equipo del Banco Hispano Americano, consiguiendo varios trofeos de máximo goleador. He tenido la suerte de tocar con los mejores músicos de Canarias y con el mejor batería del Mundo, Carl Palmer. Si pudiera haber vivido de la música hubiese sido músico».

En los años ochenta formó el grupo Rockambole… «Sí, junto a Pepe Rancel, Paco Urbano, Fernando Foronda y Fernando Santana. Tocábamos versiones. Dejé el grupo tras acceder al decanato de la Facultad, cargo que ocupé democráticamente durante cerca de diez años. En esa etapa no escatimé mi presencia en presentaciones, reuniones, jurados… Fue muy intensa».

¿Qué retos tiene por delante a sus 72 años? «Están relacionados con la música y, por supuesto, la pintura. En este sentido, coordino el proyecto de la galería de retratos de rectoras y rectores de la Universidad de La Laguna. También, sin duda, seguiré haciendo el bien en todo lo que pueda».

EL CURIOSO IMPERTINENTE

¿Cree en la revolución? «No. Las revoluciones no suelen terminar bien. Sí creo, en cambio, en la rebelión. La humanidad actual, cada vez más impasible e indolente, tiene que rebelarse contra el uno por ciento de la población que amasa la riqueza del Planeta y ejerce el control».

¿Un color? «La sanguina. Es un rojo anaranjado. Lo empleaban Leonardo da Vinci y Miguel Ángel en sus dibujos. También me gusta el azul turquesa».

¿Cómo le gustaría que le recordasen? «Como una buena persona».

¿Algo de lo que se arrepienta? «A veces, cuando haces el bien, puedes perjudicar a alguien».

¿Su mejor obra? «La última».

¿Qué consejo suele dar? «Hacer siempre el bien y nunca traicionar la verdad aunque esté en juego el trono. La frase, o una parecida, es de Beethoven».

¿Ha roto muchos lienzos? «Ninguno».

¿De qué artista vivo le gustaría tener obra? «De Antonio López».

¿En qué horquilla de precios se cotizan los Miguel Arocha? «Depende. En general son bastante asequibles».

¿Cómo se define? «¡Uff! Próximo, amable…».

¿En su último año de docencia dio un aprobado general? «No, pero casi…».

¿Piensa en la muerte? «Siempre me ha dado lo mismo. Eso sí, me gustaría no enterarme cuando llegue».

¿Si volviera a empezar? «Haría lo mismo».

¿Qué necesita para ser feliz? «Trabajar sin pasar necesidades y tener cerca a quienes quiero».

¿De qué le aburre hablar? «No de qué, sino con quién».

¿A qué le tiene fobia? «A las tramitaciones digitales».

Sigue sin saber… «De matemáticas y solfeo».

¿De qué es fácil convencerle? «De casi todo. Me cuesta decir que no».

¿Una tarea pendiente? «Visitar Nueva York».

¿Una debilidad? «Las guitarras, como instrumento y objeto de diseño».