Seamos sinceros. Hoy en día, disfrutar de la auténtica gastronomía italiana en Santa Cruz de Tenerife es tarea complicada. En el centro de la ciudad, son contados los establecimientos que se esfuerzan por mantener intacta la tradición de sus recetas, y aún más importante, la calidad de sus productos. No es el caso de Gustofino (Suárez Guerra, 47), una tienda gourmet de productos típicos italianos en la capital. Aunque pequeña en metros cuadrados, monumental en variedad, calidad y gran servicio. Uno de esos lugares en los que entrar siempre resulta más sencillo que salir. 

Parte del secreto está en la atención de Ilaria y Cristiano, propietarios del establecimiento y gourmands summa cum laude. Con un dominio total sobre la materia prima, denominaciones de origen, métodos de elaboración y proveedores -la lista sigue-, ambos se encargan de guiar a sus clientes a través de un exquisito laberinto de vinos, quesos y embutidos artesanales. Aceites, salsas, conservas y muchas otras delicatessen que después de probar, te harán aborrecer la pasta Barilla.

“La idea de Gustofino surge de nuestro deseo de llevar el street food italiano a Tenerife, aunque sin olvidar a los protagonistas de la dieta mediterránea”.

Además de ofrecer una explicación detallada sobre el origen y características de cada uno de sus productos, ofrecen ciertos platos preparados, también disponibles en su servicio de catering. Su pizza blanca con Mortadella Bidinelli, el paté de alcachofas, la parmigiana y los tomates secos. No sabrás si comértelos o inyectártelos directamente en vena. Eso sí, hay que guardar espacio para la joya de la corona: el infalible bocadillo de Porchetta di Ariccia. ¡Mamma mía, joder! En definitiva, uno de mis rincones favoritos para mimar al paladar. De ahí a que me haya pensado dos veces compartir esta nota con el lector. 

gustofino tenerife

Primero lo primero: ¿Cómo os encontráis, tras más de dos meses de estado de alarma? ¿Vuestros ánimos, salud, la familia?

Durante las primeras semanas del estado de alarma pasamos momentos muy raros, casi en estado de shock: ansiedad, estrés e incertidumbre. La situación generada por el Covid-19 fue altamente emocional. Difícil describir nuestro estado de ánimo: estar en la tienda sin oír a nadie, sin poder ver otras caras, ni hablar con otras personas. Sin compartir dudas o pensamientos sobre una situación sin precedentes. Ha sido muy estresante. Sin embargo, logramos sacar fuerza entre ambos para apoyarnos mutuamente. Además, no se trataba solo de nosotros, sino de toda la comunidad. Y dentro de las cosas que Gustofino podía aportar a la lucha para salir adelante, la principal era seguir ofreciendo un servicio con la misma profesionalidad de siempre y, aunque arriesgando nuestra salud, sin decepcionar a nadie. Afortunadamente, el compromiso y la responsabilidad ante nuestros clientes y vecinos siempre pudo más que el miedo personal.

Al ser tienda de alimentación, pudisteis permanecer abiertos durante el estado de alarma. ¿Cuál ha sido el mayor reto que habéis tenido que afrontar durante esta situación sin precedentes? 

El mayor reto ha sido la imposibilidad de rendirnos ante las grandes dificultades. Adaptarnos a las distintas necesidades, como lo hicimos con la implantación del servicio a domicilio. Alterar nuestro sistema de ventas, asesorando a cada cliente a través del móvil y haciendo un seguimiento por toda la Isla, del recorrido de sus productos. Una modalidad totalmente distinta a la que utilizamos en Gustofino. Nos encanta atender a nuestros clientes personalmente y cara a cara. Explicarle cada producto y sus usos aconsejados. Detrás de cada casa elaboradora de pastas, salsas y detrás de cada bodega de vino, hay una historia y una cultura, y nuestra obligación es compartirla con el cliente. Esto es muy importante, ya que siempre ha sido la misión principal del proyecto Gustofino: dar a conocer la autenticidad y calidad de la verdadera gastronomía italiana, y no el producto comercial que vende la gran industria.

¿Y el mejor aprendizaje?

Precisamente, que la vida es continuo aprendizaje. El confinamiento ha sido la oportunidad perfecta para replantear nuestro estilo de vida. Como por ejemplo, encontrar más tiempo para compartir en pareja y familia, y sobretodo, valorar estos momentos con la atención que se merecen.

¿Qué creéis que necesitará el sector de la hostelería y turismo en Canarias para volver a la estabilidad? 

Para volver a la estabilidad, creemos que el sector en Canarias necesitará primero que vuelva el turismo, pero de forma más concienciada, saludable, segura y responsable. Es una gran oportunidad para apuntar a un segmento turístico distinto al que hemos hospedado hasta ahora, uno de masas y tour operadores. Cambiar este por uno de mayor calidad, que logre apreciar y respetar el clima, la diversidad, naturaleza y seguridad de las Islas Canarias. Es una buena oportunidad para empezar a ofrecer un destino turístico de mayor exclusividad. ¡Ojalá! Quizá esta terrible pandemia sea un desafortunado, pero necesario paso hacia la reinvención de la hostelería y el turismo en Canarias. 

¿Qué pensáis sobre las medidas de seguridad recomendadas en hostelería? ¿Estáis de acuerdo? ¿Cambiaríais alguna?

Estamos de acuerdo con todas las medidas, hasta que no se normalice la situación. Pero tampoco nos imaginamos un panorama en que tengamos que seguir trabajando a distancia, utilizando mascarillas y con mamparas entre mesa y mesa, por un tiempo indefinido. Necesitamos libertad y buena compañía cuanto antes y sin distancias de por medio. 

Ahora a lo bueno: ¿Cómo nace la idea de Gustofino y por qué en Santa Cruz de Tenerife? ¿Cómo fue ese momento eureka?

La idea de Gustofino surge de nuestro deseo de llevar el street food italiano a Tenerife, aunque sin dejar atrás los diversos productos agroalimentarios, protagonistas de la dieta mediterránea. Crear un ambiente amigable, donde se pueda probar, comprar y compartir el amor por la comida y lo sabores tradicionales de nuestra tierra.

gustofino tenerife

¿Existe la posibilidad de que en algún futuro lo veamos convertido en restaurante?

No lo vemos. Aunque Cristiano es un gran cocinero como su padre, por ahora no lo tenemos en mente.

¿Cuál ha sido el pedido más inusual o extraño que han recibido?

Todos nuestros pedidos son completamente diferentes. Ninguno de nuestros productos están ya envasados al vacío (quesos y embutidos). Ninguna de nuestras cestas de regalo son prefabricadas. Todo se prepara al momento y personalizado para nuestros clientes, a quienes nos encanta sorprender con detalles sorpresa.

¿Cómo se puede comparar el vino canario a los caldos italianos? ¿Similaridades, diferencias?

Aquí entramos en un mundo que nos fascina, porque el vino nunca se termina de conocer. Hay siempre que seguir probando y probando. Sin embargo no creemos que sean comparables. Aunque alguna cepa pueda ser similar a otra, al haber sido cultivadas en suelos y lugares distintos, cambiarán la sensación y las propiedades de cada vino. “Il vino è il canto della terra verso il cielo”, como decía Luigi Veronelli, escritor, gastrónomo, filósofo y enólogo italiano, entre otros grandes como Giacomo Tachis o Cotarella. Las diferencias son muchas, incluidas aquellas de su respectiva historia. En Italia, hay casi 80 variedades de uva que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Ni siquiera en Francia, nuestro competidor desde hace muchos años.

Por último, pero no menos importante: ¿Con qué música cocináis en casa? 

Cuando Cristiano cocina se mete en su mundo y se relaja tanto que la música es imprescindible. Depende del momento, pero podemos pasar del soul de Marvin Gaye, al compositor Ennio Morricone, y de vuelta al jazz blues de Raphael Gualazzi o de Etta James. Relajarnos con La Maison y terminar en Pink Floyd. 

Ramón David Rodríguez
@RamonDavidRodriguez