Ana Dorta es maestra en el Colegio La Salle San Ildefonso de la Capital tinerfeña, donde imparte Francés. Es una mujer risueña, alegre y disfrutona. Hace poco más de cuatro años Pancho llegó a su vida, por casualidad, a través de un wasap con la foto de un pequeño bulldog francés abandonado. En cuanto lo vio supo que formaría parte de su familia: «No era cariñoso y parecía tener algún problema en sus cuerdas vocales porque no ladraba. Eso sí, roncaba como un oso». Ahora, con la ayuda de su veterinaria, se ha vuelto más sociable y, aunque sigue sin ladrar, a sus doce años y medio «es el rey de la casa, un comilón que hace honor a su raza».

A Pancho no le gusta correr tras la pelota, pero le encanta ir de tenderete, conocer rutas y olores nuevos. Ana y Panchito son, sin duda, la couple parfait.