En el artículo pasado, compartí algunas recomendaciones para personas que desean empezar a cocinar pero no saben exactamente por dónde. Un buen inicio es empezar por elaborar las recetas que más te gusten. Especialmente, aquellas que sean altas en calorías, pues son las que más satisfech@ te harán sentir después de tanto jaleo. Otro consejo es realizar elaboraciones que te lleven a cometer errores. Son estos últimos -y el recuerdo del desastre que hiciste-, lo que te evitará repetirlos en futuros episodios.
En esta nueva entrega de “Pasos para empezar a cocinar, sin tener la más mínima idea“, incluiré un par de tips adicionales en la lista. Si los fogones nunca han sido lo tuyo, y el concepto que tienes de cocinar es leche y cereales, vas a querer seguir leyendo.
Por favor: Leer la receta antes de empezar a cocinar
Te has decidido a cocinar hoy. Te despiertas antes para empezar a limpiar, pelar, cortar y pochar. Cada ingrediente en su respectivo recipiente, cada condimento en su santo lugar. Pero de repente caes en cuenta de un pequeño detalle: ¿cómo vas a hacer una paella, si no tienes arroz?
Leer detalladamente cada receta antes de empezar a cocinar, es de vital importancia. No solo te enterarás de cuáles ingredientes y qué cantidades necesitarás. Además, en caso de no disponer de algún ingrediente en particular, te permitirá saber si estás en capacidad de reemplazarlo por algún sustituto u obviarlo, y no correr riesgos durante el proceso acelerado de elaboración.
De la misma manera, familiarizarse con la receta antes de empezar con ella, te permitirá saber qué equipo necesitarás para llevarla a cabo. Como por ejemplo, horno, ollas o sartenes especiales, moldes, bandejas, robots de cocina, etc. Incluso, existen recetas cuya elaboración requiere ser iniciada con antelación al día del festín: marinadas, masas, algunas tartas, algunos granos, entre otras.
No todo se mastica: prepara un cóctel
Así es. Las recetas de los cócteles son muy sencillas de preparar, puesto que la mayoría no exceden los 3 ó 4 ingredientes, ni tampoco requieren de equipo técnico o instrumentos especiales. De hecho, son muy pocos los cócteles que no puedes preparar con artefactos y herramientas que ya tengas en casa, como una batidora, vasos, cucharas, coladores y un poco de creatividad. Pero además, y faltaría decirlo, podrás brindar con tus éxitos, y también con tus fracasos.
Déjate llevar por el encanto de la carne picada
¿No sabes de cortes, pero podrías comer carne todos los días? Amigo, la carne picada es para ti. Despreocúpate de temperaturas y puntos de cocción, y cede el paso a la gloria de las albóndigas, la untuosidad de la salsa bolognese y larga vida al pimiento relleno. Son miles las diferentes recetas que puedes elaborar con carne picada, y no solo de res: pollo o pavo picado te caerán de perla en unos wraps frescos de lechuga, menta, lima y cilantro. ¿Pasos a seguir? Salpimentar, dorar con cebolla picadita, separar en su forma característica con cuchara de palo, y añadir el tomate o la pasta de tomate con la que haremos la salsa. ¿Que no te apetece salsa? Omite el último paso.
Antes de empezar a cocinar, pide ayuda
El orgullo te ayudará a sentirte más fuerte, pero no a cocinar mejor. Aprovecha todos los medios que tengas a tu disposición para pedir ayuda a personas con más experiencia culinaria. Pide a tu abuela que te enseñe esos trucos secretos. Dile a tu madre que te guíe paso por paso. Haz una videollamada con ese amigo que te enseñó la receta y pregúntale cómo hacer para que te quede como a él. Escríbele un mensaje privado al chef que publicó la receta en Instagram y pregúntale tus dudas; muéstrale tus resultados. No tengas miedo a pedir ayuda antes y después de empezar a cocinar, pues como todo en la vida, se logra perfeccionar a través del aprendizaje.
Ramón David Rodríguez
@RamónDavidRodríguez
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