Menuda obviedad, pero nuestra realidad en esto del running es que mucho corredor recreacional (quien lo hace por placer, por diversión, por controlar la forma física…) corre y lo hace con algún tipo de dolencia crónica, que siempre está ahí.

No se debe normalizar este hecho y se debe acudir al profesional sanitario de confianza una o tantas veces como sea necesario hasta dar con la tecla que lo elimine. Creer que el tiempo lo cura todo mientras, además, sigues corriendo es un grave error. Tarde o temprano se paga caro.

A menudo las casas comerciales o los malos consejos de personas poco cualificadas, enfocan, apuntan o dirigen nuestros pensamientos a causas relacionadas con el tipo de calzado, el tipo de pisada, la propia ropa o la técnica de carrera. Pues bien, algunos de estos motivos, sobre todo el último, pueden tener relación causal sobre la lesión, pero no serán determinantes siempre y cuando se respeten las reglas adecuadas: programación, optimización y personalización.

Si lo pensamos detenidamente, cuando se personaliza tu entrenamiento de forma adecuada desde una perspectiva profesional, si necesitas mejorar la técnica, no se pasará por alto meter kilómetros por meterlos. Trabajarás la técnica hasta que alcances un nivel eficaz y eficiente en partes iguales. Así de simple, si no sabes correr, pues no toca correr.

Y no lo olvides, si hay dolor, para, descansa y contacta con tu fisioterapeuta o traumatólogo de confianza.