«En el escenario sé quién soy. Me apasiona y nunca lo dejaré»

La actriz Silvia de Esteban ha recalado unos días en Tenerife para ver a su familia. Afincada en Miami desde hace seis años y medio estrenará en próximas fechas en la capital de Florida el monólogo original La vida de colores, un texto ideado contra la violencia de género. Al tiempo, perfila para otoño el lanzamiento en Nueva York de Lorca, flamenco y contemporáneo, un espectáculo de dos horas de duración que ha escrito y dirigirá. Esta producción, con un elenco de diez personas sobre el escenario, «es un sueño hecho realidad» y un reto que llega, confiesa, en su mejor momento personal y profesional, consecuencia de una intensa vida dedicada al mundo de la escena en España y, ahora, en Estados Unidos.

La dramaturga tinerfeña afirma con rotundidad que su vida es la creación y que sin ella no puede vivir. «En el escenario sé quién soy. Me apasiona y nunca lo dejaré», asiente feliz.

Silvia de Esteban no solo se defiende bien en las tablas del espacio escénico. El cine y la televisión están siempre presente en su agenda, como sucede en estos momentos con un proyecto que distribuirá Netflix y del que, por el momento, no puede contar nada.

Trasplante de médula

Junto a la actividad profesional, también saca tiempo para el altruismo. En la actualidad, ultima la edición de un documental en donde recoge el trasplante de médula al que fue sometida en abril del año pasado y que posibilitó que un hombre norteamericano siga viviendo. Al respecto, subraya que es lo más grande que ha hecho en la vida por alguien y que, sin duda, lo volvería a hacer (es donante desde el año 1997 tras el fallecimiento de uno de sus mejores amigos por leucemia).

La película se moverá en festivales y lo que pueda recaudar se destinará a la asociación Be The Match con el objetivo de concienciar a la gente de lo importante que es ser donante.


Foto: Yusnel Suárez